Tom Cruise atrapado en el tiempo
Título: Edge of Tomorrow
Director: Doug Liman
Guión: Dante Harper, Joby Harold, Christopher McQuarrie (basado
en el anime de Hiroshi Sakurazaka)
Fotografía: Dion Beebe
Año: 2014
Duración: 113 min.
País: Estados Unidos
Productora: Warner Bros. / Village Roadshow Pictures / 3 Arts
Entertainment / Viz Media
Reparto: Tom Cruise, Emily Blunt, Bill Paxton, Brendan Gleeson,
Charlotte Riley, Lara Pulver, Jonas Armstrong, Lee Asquith-Coe, Tony Way, Kick
Gurry, Dragomir Mrsic, Franz Drameh, Deborah Rosan, Natasha Goulden, Jeremy
Piven, Terence Maynard, Noah Taylor, Madeleine Mantock
Crítica de @PaulPorcoRosso
La caída de un
meteorito en los Urales rusos es el comienzo de la invasión de la Tierra por
unos extraterrestres aparentemente invencibles. Al comandante William Cage (Tom Cruise), un oficial que nunca ha
entrado en combate, le obligan participar en la batalla del ejército británico
en Francia y resulta muerto. Ese es el principio de un bucle temporal que le
obligará a luchar y morir una y otra vez, haciéndose cada vez más hábil y
eficaz en la lucha. Rita Vrataski (Emily
Blunt), una guerrera encumbrada a heroína por sus acciones en otra batalla,
será su único apoyo en el campo de batalla.
El perpetrador de
Edge of Tomorrow es Doug Liman, director de películas de
acción que oscilan entre la notable primera entrega de Bourne, y las tremendamente olvidables Mr. & Mss. Smith o Jumper.
En esta ocasión y con el apoyo de una gran productora y un increíble
presupuesto, se aventura en la ciencia ficción post-apocalíptica rememorando la
segunda Guerra Mundial y añadiéndole alienígenas y viajes en el tiempo. La
principal virtud de Liman en este
filme es, amén de un diseño de producción y de criaturas altamente destacable,
tomarse la producción en broma y añadiendo el tipo de comedia presente en Groundhog Day. Así, el producto
resultante es una de esas obras que hacen que el espectador se entretenga y ría
entre escenas de acción orquestadas de manera muy solvente, un magnífico tempo
narrativo y una trama que se justifica como ejercicio de diversión sin más, a
años luz de distancia del cine reflexivo o filosófico.
Pero, al mismo
tiempo, consigue que la acción no acabe con la humanidad de la película, que es
uno de los principales problemas de los blockbusters de verano. Eso es sin duda
obra de los guionistas, que confeccionan un libreto entre la comedia, la acción y el romance, con un coctel magnífico de
referencias. McQuarrie, Harper y Harold referencian obras capitales (y no tan capitales) a modo de miguitas de pan que
el espectador descubre con avidez cinéfila y una sonrisa en la cara. Cuando en Oblivion (también protagonizada por Cruise) las referencias se antojaban más
bien copias y falta de originalidad, en Edge
of Tomorrow el arco argumental de Groundhog
Day, la batalla de Normandía de Saving
Private Ryan, los centinelas de Matrix,
el exoesqueleto de Elysium y la
sociedad colmena de The Game of Ender
casan a la perfección y se equilibran para no parecer plagios manifiestos de
las obras originales, sino divertidos easter
eggs que el espectador va recogiendo durante el metraje.
Y para poner la
guinda en el pastel está Tom Cruise,
el actor de la sonrisa carismática compone uno de los mejores personajes de su
carrera, lejos de su típico héroe de acción (aunque también lejos de su
personaje en Collateral o en Magnolia) hace valer sus galones . Amén
de este Cruise superlativo, el resto
del reparto está también en buena forma. En especial, la preciosa Emily Blunt en su papel de dura y
experimentada soldado con un atisbo de vulnerabilidad que (como siempre)
acabará despertando el bueno de Tom.
Da igual el papel que interprete, siempre parece creerse sus líneas: cualidad
imprescindible para ser heroína de acción en un filme de estas características.
Bill Paxton (Agents of SHIELD) y Brendan
Gleeson son un buen aditivo en cualquier película, y aunque aquí rinden al
nivel que nos tienen acostumbrados, sus personajes no son nada del otro mundo
(más bien los tópicos generales del ejército).
Edge of Tomorrow no es ni tan fría como el tráiler sugería, ni una
comedia desenfrenada. ¿Qué es? Pues un blockbuster de ciencia ficción consciente
de sus limitaciones, con magníficos efectos especiales y acción espectacular, con
un toque de delicioso humor blanco y buenos personajes. No cambia la historia
del cine ni revoluciona el celuloide y es hasta previsible, pero es
entretenido, atractivo y evasivo al 100%. Porque, durante 113 minutos, los
problemas no son nuestros sino de Tom
Cruise.
Lo mejor: magnífico espectáculo veraniego de chuches y palomitas,
el mejor Tom Cruise en años, y Emily Blunt.
Lo peor: el final made in
Hollywood que pese a ser malo no elimina la sensación que envuelve a toda la
producción.
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