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Crítica de @PauGarcia179
David Fincher dirigía en 2008 ‘The Curious Case of Benjamin Button’, historia basada en un relato de Francis Scott Fitzgerald con guión de Eric Roth (autor de los libretos de ‘Forrest Gump’, y ‘Munich’, entre otros). Tras rodar ‘Zodiac’, una de sus mejores películas, Fincher se atrevía con un proyecto difícil que, según el que esto escribe, acabaría llevando a buen puerto, aunque no esté al nivel de ‘Seven’, ‘Fight Club’ o la reciente ‘GoneGirl’La película cuenta con una premisa curiosa, intrigante y atractiva: Benjamin Button es un hombre extraordinario que nació siendo anciano y que con los años rejuvenece en vez de envejecer como el resto de mortales. A partir de esta premisa y como excusa argumental, la película describe la vida de Button, sus particularidades debido a su extraña condición pero también como un ser humano cualquiera. En ese sentido, David Fincher consigue dotar a su historia de una gran verosimilitud a pesar del elemento fantástico que da pie a la película.

Aunque pocas veces se ha visto un protagonismo tan absoluto del personaje principal, lo cierto es que el filme consigue capturar la vida de muchos personajes del film que no llegan ni a secundarios, pero que Fincher sabe imprimirles magia y verdad en sus pocos momentos estelares. De la misma forma, es realmente sobrecogedor el inicio del relojero que homenajea con un gran reloj en marcha atrás a los jóvenes muertos en la guerra ("para volver al pasado y que regresen a sus vidas"), o una de las secuencias que conecta las casualidades de distintas vidas cruzadas y que nos viene a remarcar la aleatoriedad que gobierna nuestras vidas. A estas alturas parece redundante señalar la excelencia técnica de David Fincher y su impecable realización, pero nunca está de más alabar el que es sin duda uno de los grandes contadores de historias del cine actual. El metraje puede resultar alargado (dura nada menos que 2h y 47 minutos), y el ritmo no es el mismo que, por ejemplo, ‘Gone Girl’, pero si el espectador conecta con la historia, quedará hipnotizado ante este despliegue de detalles y vida en fotogramas.


Al contrario que ‘Panic Room’, que indignaba por su superficialidad, aquí David Fincher se pone trascendental y entrega una película de gran profundidad que reflexiona sobre el paso del tiempo sirviéndose como excusa de la condición de Benjamin Button, y aunque el filme expresa la certeza que aunque el reloj vaya adelante o hacia atrás (en el caso de Benjamin Button), los años pasan y no vuelven, quedan muestras de optimismo que llenan de esperanza los corazones de los espectadores. No es casualidad que el filme acabe con una imagen del gran reloj del principio de la película, que en realidad sirve de resumen de la tesis que acompaña el filme. 

A todo esto no podemos olvidar mencionar la fantástica labor de la dirección artística y de maquillaje, pues al contrario que en otras películas (estoy pensando en ‘Jersey Boys'), se refleja la vejez de forma auténtica en los actores que no tienen la edad de los personajes que interpretan, especialmente cuando el paso del tiempo se tiene que reflejar en su aspecto físico. La banda sonora, a cargo de Alexandre Desplat, también se erige como uno de los aciertos de la película, pues acompaña la narración de forma asombrosa y refuerza, cuando debe, los momentos más emotivos.

Con ésta su séptima película, David Fincher ofrece un relato emotivo, reflexivo y cargado de vida, profundidad y sentimiento que se aleja de la historia criminal -su aparente especialidad- demostrando al mundo que sabe contar otro tipo de historias,.

Título: Blue Jasmine
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Año: 2013
Duración: 98 min
País: Estados Unidos
Productora: Sony Pictures / Gravier Productions / Perdido ProductionsReparto: Cate Blanchett, Alec Baldwin, Sally Hawkins, Bobby Cannavale, Peter Sarsgaard, Louis C.K., Michael Stuhlbarg, Andrew Dice Clay, Max Casella, Tammy Blanchard, Alden Ehrenreich

Después de la mediocre y superficial 'To Rome With Love' (2012), Woody Allen estrena en 2013 'Blue Jasmine', la película que para mí supone el retorno del mejor Woody Allen. El cineasta de Nueva York no sólo dirige una película al año (como es el caso de Takashi Miike, que incluso dirige un par al año con irregulares resultados), también escribe el guión de todos sus films, así que el mérito es aún mayor. Pese a tener unas mejores que otras, lo cierto es que sus peores películas podrían pasar por las mejores de otros cineastas que no tienen el talento del director que prefiere su clarinete al circo de los Óscar. 

Jasmine es una mujer adinerada que vive de los éxitos económicos de su marido, Hal, que trabaja en el negocio immobiliario y que hizo fortuna a base de estafar y engañar a la gente que confiaban en él. Jasmine, viviendo en su burbuja inquebrantable, se encontraba a gusto con sus joyas, sus vestidos y los negocios turbios de su marido que insistía en ignorar para seguir con su vacía vida de lujos y caprichos. Cuando el FBI detiene a Hal y ella se encuentra en bancarrota, decide pedir ayuda a su hermana Ginger, quién vive en San Francisco y que también fue víctima de los engaños de Hal.

¿Quiénes son los verdaderos frcasados?
Woody Allen acostumbra a narrar historias con personajes pertenecientes a la burguesía o a la clase alta de la sociedad, pues es lo que él conoce, ya que desde que era pequeño vivía en una família que él mismo define como «burguesa, bien alimentada, bien vestida, e instalada en una cómoda casa». Sin embargo, nunca ha hecho tanto crítica (o incluso autocrítica) de la burguesía o la clase alta como en 'Blue Jasmine', pues la protagonista reúne las características más irritantes de una persona perteneciente a esta clase social: arrogante, clasista, orgullosa de la clase social a la que pertenece, despreciable y avergonzada de los que no son como ellos, a quién tilda de "fracasados" por no llevar una vida tan vacía, acomodaticia y caprichosa como la suya. 

Jasmine, de hecho, se llama originalmente Jeanette, pero se cambió su nombre porque el otro "no tenía glamour", lo cuál define perfectamente su forma de ser y de ver la vida. Su hermana, Ginger, no se parece en nada a ella y ofrece un interesante contraste: los ricos (Jasmine) y "los fracasados" (Ginger y sus amantes), que en realidad llevan una vida más sencilla y honesta. Este contraste ayuda a identificarnos con Ginger, como alguien más como nosotros, más normal, y a rechazar profundamente el comportamiento y la manera de ser de la protagonista. 


Pese a que se comentaba que 'Blue Jasmine' tenía más de drama que de comedia, lo cierto es que un servidor se ha reído a carcajadas con esta película, y, como decía Lars von Trier en una entrevista,  "las buenas comedias nunca son inofensivas" y esta es, sin duda alguna, una muy buena comedia, porque además de divertida no tiene nada de inofensiva. Si bien el drama se supone que recae en la decadencia de Jasmine y la comedia en las desventuras de Ginger, lo cierto es que esa decadencia que Allen describe, por lo merecida que resulta y lo irritante del personaje que la sufre, nunca se percibe como dramática, y nos reímos a su costa de su confusión y perdición que, eso sí, le servirá, esperemos, para aprender la lección de una vez, salir de esa burbuja de acero y ver el mundo con otros ojos.
No es justo acabar esta crítica sin destacar la genial interpretación de Cate Blanchett que convence como la irritante, despreciable a ratos y decadente Jasmine. Sería injusto que no se llevara el Óscar a Mejor Actriz.

En definitiva, 'Blue Jasmine' es una mordaz comedia que critica de forma punzante la clase alta, retratándola con malicia pero con mucho humor, que cuenta con una gran interpretación de Cate Blanchett que suma puntos a la que es, sin duda, una de las mejores películas del año.

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