Mostrando entradas con la etiqueta Inception. Mostrar todas las entradas
Hoy, las #reflexionesdecine corren a cargo de @PaulPorcoRosso

El pasado 3 de marzo, Leonardo DiCaprio perdió su cuarta oportunidad (más bien se la arrebató Matthew McConaughey) de conseguir un Óscar de actuación. Podría haberle ocurrido como a Brad Pitt (su primer, y de momento único Óscar es por 12 years a slave), y ganarlo como productor de The Wolf of Wall Street, pero la suerte (o a estas alturas podríamos decir que la Academia) no lo quiso.

El galán, reconocido ecologista, cumplirá 40 años el próximo 11 de noviembre, y sin ningún proyecto a la vista (sólo el lejano The Ballad of Richard Jewell, con Jonah Hill pero aún sin director), ya va siendo hora de recapitular en su filmografía y enumerar sus mejores actuaciones que, por suerte, no son pocas, pero por desgracia, están poco reconocidas con premios.

J. Edgar (2012)

Para mí, su mejor actuación. DiCaprio se mete esta vez en la piel del fundador y director del FBI durante 48 años. Pese a las carencias de la historia (en ciertos momentos se hace algo tediosa con sus interminables diálogos), la dirección es magistral, el montaje todo un acierto, y el maquillaje rozando lo sublime en el personaje de DiCaprio. El camaleónico Leo no nació en la cuna del cine americano en vano: viendo J. Edgar, parece hecho para actuar.

The Aviator (2004)

















Si no supiéramos que es de Scorsese, seguramente sería considerada una obra más que notable. Pero dentro de su filmografía, es de los títulos más flojos. Sin embargo, junto a la fotografía (premiada con el Oscar), una de las mejores bazas de la película es la brutal interpretación de Leo, en el papel nada fácil de Howard Hughes. Evita la sobreactuación, consiguiendo un equilibrio perfecto entre la obsesión enfermiza del personaje, la soledad del personaje, y sus excentricidades. Por desgracia, si en 2014 le tocó batallar (y perder) contra McConaughey, en 2005 fue Jamie Foxx y su actuación en Ray quien le birló la estatuilla.

Revolutionary Road (2008)




















En el Titanic de James Cameron se hundía una titánica construcción (nunca mejor dicho) en el proceso de llegar de las orillas europeas a las costas americanas. Once años después, Sam Mendes usa a la misma pareja de actores para contar la historia de una pareja que se hunde en el pozo de las relaciones amorosas. El talento desbordante del que hace gala DiCaprio, sólo es hecho frente por una maravillosa Kate Winslet que aguanta a la perfección el tour de force, y por un Michael Shannon en modo roba-escenas. Aquí, el rubio californiano fue ninguneado en todos los premios grandes.

What's Eating Gilbert Grape? (1993)

La única de la lista en la que Leo no es el actor principal supone su primera nominación al Oscar (como Mejor Actor de Reparto). El protagonista es Johnny Depp, que tiene que cuidar a su madre descaradamente obesa, y a un DiCaprio jovencísimo (sólo 19 años), que interpreta a su hermano pequeño, con una discapacidad mental*. Consigue arrancar más de una lágrima, y demuestra sus grandes dotes como actor. Desde entonces, carrera meteórica.

*nota: a alguno puede sonarle el argumento de esta película (absolutamente recomendable) que fue parodiada en el S02E08 de American Dad.

Inception (2010)

El británico Christopher Nolan no es David Lynch en lo que a contar sueños se refiere, pero el estilo por ser diferente no es mejor ni peor. Aún si eres un detractor de su cine, no le puedes negar el derroche de originalidad que despliega en la confección de Inception, y sólo el tiempo decidirá si se convierte en una obra maestra de la ciencia ficción (aunque de momento va en camino). A mí personalmente lo que me encanta, más que la historia en sí, es la complejidad. Y en medio de todo el meollo está DiCaprio como maestro genial de ceremonias. A lo mejor la actuación más floja de las 5 que aquí detallo, pero aún así de altísimo nivel.

EXTRA















Me ha costado muchísimo escoger sólo cinco, por eso me gustaría destacar su papel en Django Unchained, en la que su negrero jefe de una plantación de algodón para mí fue lo mejor de la justa película de Tarantino; el papel en Catch me if you can, donde, dirigido por Spielberg, interpreta a un joven estafador con mucha cara; y por último su papel en The Wolf of Wall Street, donde juega a la comba con el límite entre perfección interpretativa y sobreactuación. ¿Crees que me olvido de alguna importante? ¡Pon en tus comentarios tus favoritas!
Título: Trance
Director: Danny Boyle
Guión: Joe Ahearne, John Hodge
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Año: 2013
Duración: 101 min.
País: Reino Unido
Productora: Cloud Eight Films / Film4
Reparto: James McAvoy, Vincent Cassel, Rosario Dawson, Tuppence Middleton, Danny Sapani, Wahab Sheikh, Lee Nicholas Harris, Ben Cura, Gioacchino Jim Cuffaro, Hamza Jeetooa

Para empezar, debo decir que Danny Boyle no es ni de lejos uno de mis directores predilectos. No es que crea que Trainspotting o Shallow Grave sean malas películas, al contrario, en su momento fueron todo un hito cinematográfico, que convirtieron a Boyle en una mezcla inglesa de Tarantino y los hermanos Coen. Mis problemas con Boyle empiezan con 28 days after (aburrida, pretenciosa y algo cutre, su segunda parte no dirigida por Boyle es infinitamente superior) y terminan por Slumdog Millionaire (inmerecidos 8 premios Oscar, sólo creo que vale la pena la escena post-créditos del baile de aires bollywoodianos y la fotografía de Anthony Dod Mantle que aquí repite).

Dicho esto, no tenía por qué esperar mucho de Trance, pero, ¡ay! las críticas positivas. El hecho de que se la nombrara como el "Inception de Danny Boyle" por gran parte de la comunidad de aficionados al cine me creó unas expectativas que, obviamente, no se cumplieron.

"Os juro que ha sido el guionista"

Simon (James McAvoy) es un empleado de una casa de subastas que se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte. Al recibir un golpe en la cabeza durante el atraco, al despertarse descubre que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando ni las amenazas ni las torturas físicas consiguen ninguna confesión, Frank, el jefe de la banda (Vincent Cassel), contratará a una hipnoterapeuta, Elizabeth (Rosario Dawson), para que le ayude a recordar...

Y esto es todo lo bueno, como mínimo en cuanto al guión: esos primeros 15 minutos magistrales que combinan a la perfección violencia explícita en las torturas, una secuencia de atraco al banco espectacular, y una trama a priori bastante absorbente. Esos 15 minutos convierten en mucho mayor la decepción en los siguientes 85. Durante el resto del metraje el espectador se pierde entre tanto giro: de repente uno es malo, y luego bueno, pero resulta que lo hacía por una razón maléfica, pero ella también está en el ajo... El guionista da al que está visionando la película durante diez minutos tal cantidad de información como para avanzar la trama cautelosamente durante un rato, pero esa información contradice la de los diez minutos anteriores. Un cúmulo de despropósitos. No me malinterpreten, uno no acaba el visionado con la sensación de haber visto una mala película, ni mucho menos. Pero ha visto una obra que podría haber sido aun mayor sin la obsesión del guionista por sorprender de manera constante al espectador.

"No piece of art is worth a human live. DON'T BE A HERO"

Y, es que además, cuenta con un reparto en estado de gracia: McAvoy, asentado ya como uno de los grandes futuros de la actuación británica, descubierto en Last King of Scotland y Atonement, Vincent Cassel, eterno secundario de las grandes ligas y hito del panorama cinematográfico francés e internacional, y una Rosario Dawson que mantiene el equilibrio entre ambos (y regala un desnudo frontal rasurado, fetiche del personaje de McAvoy, para "tomar pan y mojar"). Otro de los puntos fuertes de la película son las imágenes coloristas (en la última parte del filme hay una escena que transcurre dentro de un coche con un trato excelso del color) que consigue el compañero de fatigas del inglés, Anthony Dod Mantle, en la fotografía, jugando muy bien con la luz y la sombra en las escenas de hipnosis. Acompañando esta atmósfera de bellas imágenes, me veo casi obligado a hacer una mención especial a la banda sonora, repleta de temas de rock progresivo/electrónico la mar de interesantes, realizada por el ex de Underworld (banda que ya había prestado su música en Trainspotting y Sunshine, entre otras películas de Boyle) Rick Smith.

En resumen: aún siendo recomendable, el guión chirría en ciertos momentos, y deja mentalmente agotado a un espectador que sólo quería ver cuál es según el director lo que se vende como un "viaje a la mente humana". Los que vengan buscando un nuevo Inception, retrocedan, laven sus ideas preconcebidas y déjense llevar para descubrir que Trance pudo haber sido mucho mejor. Ya sabéis, tampoco se lo pueden pedir peras al olmo.

Lo mejor: el tour de force interpretativo que mantienen McAvoy y Cassel, que mantiene el interés en la película.
Lo peor: los giros de guión que se suceden cada 10 minutos, que acaban por dejar al espectador exhausto y atolondrado.

Copyright © 2012 Siempre en VO