'En el corazón del mar', Howard da una vuelta de tuerca al clásico
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[Una crítica de @TRuibal |
Surcar
los mares. ¿Existe acaso sinónimo mayor de aventura? Desde el tormentoso viaje
de vuelta a casa de Ulises en ‘La Odisea'
de Homero, a los delirios a ritmo de Bowie del documentalista Steve Zissou
en el Belafonte, aquel colorista submarino de ‘Life Aquatic', las travesías marítimas en la narrativa siempre han
supuesto peligro, incertidumbre y catarsis.
Siguiendo
esta línea nos llega ‘En el corazón del mar', dirigida por el siempre efectivo
(y efectista) Ron Howard, quien trae
a la gran pantalla la historia “real” que serviría a Herman Melville para escribir la epopéyica ‘Moby Dick', novelón paradigma de la lucha entre el hombre y la bestia,
y referencia clave de películas como
‘Tiburón’ o la ya citada ‘Life Aquatic'.
En la cinta de la que nos ocupamos hoy, el último superviviente del ballenero Essex (interpretado por un siempre acertado Brendan Gleeson) relata a un Melville, en pleno proceso de documentación para su novela, la lucha que muchos años atrás él y el resto de la tripulación del barco libraron contra un mastodóntico y vengativo cachalote.
Así
pues, a través de flashbacks nos acercamos a la figura de Owen Chase, primero a
bordo del Essex (Hemsworth), al que
se le ha negado la capitanía del navío en virtud del noble George Pollard Jr. (Benjamin Walker), hijo de un pez gordo
de la industria y sin la experiencia necesaria para tal empresa. La tensión
entre los dos personajes, uno de los puntos a
priori más interesantes del film, acaba
siendo más descafeinada de lo que promete, focalizando, quizás en exceso, la
carga dramática en la lucha de los protagonistas contra el monstruo y contra la
propia muerte. Evidentemente esto nos deja un buen puñado de escenas de acción
en alta mar, algunas de ellas de gran factura, como la primera aparición del
titánico cachalote y sus consecuencias. Eso sí, algo menos de CGI y más
secuencias rodadas en el mar hubiesen sido de agradecer (sin llegar a los extremos
de pantalla verde de ‘Piratas del
Caribe', gracias a Dios).
Grandilocuente
y épica como una tormenta en el océano, ‘En
el corazón del mar' es una buena opción para este mes de diciembre, antes
de que los filmes navideños y ciertas guerras intergalácticas monopolicen la
cartelera. Muy cuidada en el aspecto técnico, con algunas escenas marítimas
dignas de mención, merced a un guion y unos personajes que, sin maravillar, están
al servicio de esa travesía suicida por el Pacífico. La banda sonora, a cargo del
excelente Roque Baños, es
convincente, y el reparto está en líneas generales a buen nivel… lo que nos hace
llegar a la pregunta del millón: ¿es digno Chris
Hemsworth de “levantar el arpón”? Mientras siga dando la impresión de que
se interpreta a sí mismo, sí.
Eso
sí, su tan cacareada pérdida de peso es más bien mérito del equipo de caracterización
en un par de planos que una verdadera transformación del actor. Aunque, bien
pensado, quizás ya nos llegó de superhéroes desnutridos con Christian Bale en
‘El maquinista'…
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