#reflexionesdecine - Darren Aronofsky
Hoy, las #reflexionesdecine son obra de @PauGarcia179 y de @PaulPorcoRosso |
Hijo de dos profesores judíos,
descendientes de polacos y residentes en Brooklyn (Nueva York), criado en la
cultura judía, estudió antropología social en Harvard, y dirección en el
American Film Institute. Su debut en la dirección fue en el año 1998 con Pi, faith in caos; financiado con
dinero de amigos, familiares y el suyo propio. Tuvo un coste aproximado de
60.000 US$, y le valió a Aronofsky el reconocimiento como mejor director en
Sundance, recuperando el dinero invertido con creces.
Las señas de identidad del neoyorkino se encuentran tanto en las historias que cuenta como en la forma de narrarlas. Su arma principal es el montaje, de suma importancia en sus filmes: a veces usa un montaje frenético con cortes cada pocos segundos (Pi, Requiem for a dream), o combina primeros planos y planos muy abiertos para demostrar la soledad de sus personajes (The Fighter y Black Swan). Unido a este uso característico a la hora de montar sus películas, tenemos la excelsa banda sonora siempre obra de Clint Mansell. Éste, que ha trabajado en todos los filmes de Aronofsky, dota a su música de un gran valor narrativo.
En cuanto a su temática, siempre se puede entrever una fuerte influencia cultural en sus películas, marcada principalmente por la religión de sus padres (presencia anecdótica en los apellidos de Requiem for a dream o fundamental en Pi o Noah), y un compromiso por temas trascendentes o de interés social, como lo son las drogas, la obsesión en buscar los límites del cuerpo y la mente para conseguir placer, perfección o fama, el miedo a la muerte y a envejecer. En orden para mostrar esas limitaciones mentales y corporales, Aronofsky siempre busca mezclar la realidad y los delirios en torno a sus personajes: es su manera de enseñarnos el camino a la locura.
Vincent Cassel y Darren Aronofsky en el rodaje de Black Swan |
En cuanto a su temática, siempre se puede entrever una fuerte influencia cultural en sus películas, marcada principalmente por la religión de sus padres (presencia anecdótica en los apellidos de Requiem for a dream o fundamental en Pi o Noah), y un compromiso por temas trascendentes o de interés social, como lo son las drogas, la obsesión en buscar los límites del cuerpo y la mente para conseguir placer, perfección o fama, el miedo a la muerte y a envejecer. En orden para mostrar esas limitaciones mentales y corporales, Aronofsky siempre busca mezclar la realidad y los delirios en torno a sus personajes: es su manera de enseñarnos el camino a la locura.
- capacidad para cambiar de registro y tratamiento formal en cada película que hace.
Pero la verdadera grandeza del cineasta es su capacidad para cambiar de registro y de tratamiento formal en cada película que hace (a excepción de Black Swan y The Wrestler, que forma parte de algo así como un díptico no declarado de la obsesión). Como una muestra más de esta capacidad, este año estrena su nueva película, 'Noah', con Russell Crowe, Jennifer Connelly y Anthony Hopkins, entre otros, que nos contará la historia bíblica de Noé. Sorprende que Darren Aronofsky, al que podríamos considerar como autor, y no un mero técnico o artesano, decida dirigir esta superproducción, aunque siendo Aronofsky no puede tratarse de nada convencional. Este mes de diciembre, pues, repasamos en Siempre en VO su filmografía mientras esperamos el estreno de Noah, previsto para el 4 de abril.
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