'Dallas Buyers Club', Matthew McConaughey, y Ron Woodroof
Título: Dallas Buyers Club
Director: Jean-Marc Vallée
Guión: Craig Borten, Melisa
Wallack
Fotografía: Yves Bélanger
Año: 2013
Duración: 117 min.
País: Estados Unidos
Productora: Focus Features /
Truth Entertainment / Voltage Pictures / R2 Films / Evolution
Independent
Reparto: Matthew McConaughey,
Jennifer Garner, Jared Leto, Steve Zahn, Dallas Roberts, Denis O'Hare, Griffin
Dunne, Kevin Rankin, Lawrence Turner, Jonathan Vane
Como ocurre de forma periódica en nuestro país, el mejor cine del año nos
llega o cuando éste está por terminar, o cuando ya nos adentramos en el
siguiente. Claros son los casos (para no ir muy lejos) del año pasado con The Master y Zero Dark Thirty, en mi humilde opinión de lo mejor de 2012, pero
ambas estrenadas en enero de 2013. Con Dallas
Buyers Club no ha habido excepción: estamos, sin duda alguna, ante una de las 5 mejores películas del año,
que, además, cuenta con la presencia de
Matthew McConaughey (del que ya he hablado en mi análisis de Mud), del que los profesionales de la
crítica cinematográfica americana se ha deshecho en elogios en el año que ha
sido suyo totalmente. Si no consigue ahora la ansiada nominación al Óscar que
busca des de hace ya tiempo, se puede decir sin miedo a equivocarse que ya no
va a hacerlo.
Dallas Buyers Club es la historia de los últimos 7 años de vida de Ron Woodroof (McConaughey), un hombre homófobo,
drogadicto, y con afán casi obsesivo por las mujeres (en especial por las
prostitutas) y el alcohol, al que se le diagnosticó SIDA, pronosticándole sólo
30 días de vida. Woodroof empezó a tomar AZT, un fármaco experimental para la
lucha contra el VIH que sólo hizo que empeorarlo...
La increíble transformación de McConaughey. |
Esta es la historia de un hombre que cargó el mundo a su espalda, luchando
contra la FDA y dando la máxima esperanza posible a un sinfín de moribundos por
la enfermedad que él mismo padecía. Historia que merecería ser conocida, un
hombre que cambió su perspectiva de la vida, su ética y su moral, para hacer
frente a la cercanía de la muerte. Compresión, homosexualidad en Estados Unidos
a finales de los ochenta, el dinero, la empresa farmacéutica americana y su
relación con el gobierno, las drogas: al filme de Jean-Marc Vallée (director al que no conocía pero a partir de ahora
deberé seguir con cuidado) no le falta ningún tema por tocar. Convierte la vida
(real, insisto) de Woodroof en una magnífica reinterpretación del cuento de Robin Hood.
El filme, en su primera parte, conmueve sin entrar en los pantanosos lares
de la sensiblería azucarada, llevando la enfermedad del protagonista y sus
conflictos con su círculo de amistades de forma
sobria y sin excesivo drama, mostrando el miedo del contagiado y el rechazo
de la sociedad (en este caso tejana) que el SIDA de Woodroof como una
"enfermedad de homosexuales". Y poco a poco va mutando hacia una dura
crítica contra el sistema sanitario y farmacéutico de los Estados Unidos,
manifestada en boca de su protagonista. Durante todo el metraje, director y
guionistas permiten al espectador cavilar sobre lo que está viendo, invitándole
a formar su propio punto de vista y
sacar sus conclusiones, sin adulterar las imágenes, sólo mostrando la
realidad aunque pueda parecer dura.
La de Jared Leto tampoco se queda corta... |
Además, tal y como lo hizo Christian
Bale en The Machinist, McConaughey se funde en uno con su
personaje, adelgazando una cantidad inusitada de peso, y, además, otorga una
excepcional y explosiva interpretación que se disfruta independientemente de lo
que pueda llegar la película. Pero no es sólo el bueno de Matthew el que consigue sacar lo mejor de sí mismo: también está Jared Leto con otra metamorfosis física
y otro increíble estudio del personaje. Ambos dos alcanzan un altísimo nivel
que debería verse recompensado en algún gran premio.
En resumen, Dallas Buyers Club
es una biografía necesaria, un sentido homenaje
sin sermones a un gran cabrón convertido en gran hombre.
Lo mejor: McConaughey y la definición de su
personaje, y la crítica hacia el sistema farmacéutico americano.
Lo peor: que esté
tardando tanto en llegar a los cines de nuestro país.
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