Welcome to New York: apogeo y caída de un maníaco sexual
Título: Welcome to New York
Director: Abel Ferrara
Guión: Abel Ferrara, Christ Zois
Fotografía: Ken Kelsh
Año: 2014
Duración: 124 min.
País: Estados Unidos
Productora: Wild Bunch / Forbes / Belladonna Productions
Reparto: Gérard Depardieu, Jacqueline Bisset, Eddy Challita, John
Patrick Barry, Drena De Niro, Amy Ferguson, Paul Calderon, Ronald Guttman, Anh
Duong, Anna Lakomy
Welcome to New York es la nueva película del realizador de películas como Teniente Corrupto, El Rey de Nueva York o Jekill
and Hyde, el siempre controvertido Abel
Ferrara. Protagonizado por Gérard
Depardieu y Jacqueline Bisset el
filme, que no se estrenará en cines de España, y sólo se podrá ver por internet
en todas las plataformas VOD (Video On Demand) como filmin, está inspirado por
los hechos protagonizados en 2011 por el entonces director del FMI y político
fracés Dominique Strauss-Kahn. Sí se
ha estrenado en un cine de barrio de Cannes al mismo tiempo pero al margen del
Festival que se está celebrando en estos momentos. Así pues la polémica está
servida, y sólo falta el veredicto del público.
Strauss-Kahn,
renombrado en el filme como Sr. Devereaux (Gérard
Depardieu) fue acosado de agredir sexualmente a una camarera del hotel
Sofitel de Nueva York, detenido, juzgado y absuelto por la vía penal, y que
llegó a un acuerdo monetario con la demandante en la vía civil, y que pudo
regresar a Francia después de dimitir de su cargo y vivir unos meses confinado
en un carísimo apartamento del que no podía salir que su entonces mujer Anne
Sinclair, en el filme Simone (Jacqueline
Biset), alquiló en un exclusivo barrio de la Gran Manzana.
Aunque en el piso
de Nueva York no le va mejor de cómo le iría dentro cárcel. Ferrara se atreve a imaginar a un
Strauss-Kahn que, recluso en cuatro paredes de pladur con apenas una terraza
para respirar aire fresco, tiene que lidiar con sus problemas domésticos, con
duros diálogos con su mujer (una Jaquelline
Bisset que aguanta muy bien el tipo ante un inconmensurable Depardieu) y brillantes soliloquios
internos sobre su imposible redención y su falta de sentimiento de culpa.
Es un filme con el
esquema 'rise and fall' típico de Scorsese, pero con el estilo personal
de Abel Ferrara. Con su ritmo
pausado, como cocida a fuego lento, retrata la personalidad monstruosa de un
hombre que pasa de tenerlo todo (es uno de los más poderosos del planeta, o que
manipula el mayor flujo de dinero) a perderlo, por culpa de una obsesión, o de
su mente enferma. Ferrara junto con
la magnífica ayuda de Depardieu, que
aquí completa su más exigente y mejor de sus papeles, interpreta a Strauss-Kahn como una bestia a la que por nada del mundo podríamos llamar ser
humano. Le deshumaniza, retratándole emitiendo sonidos guturales de manera
constante, durante el sexo, mientras camina, mientras come, bebe, habla.
Igual su único
fallo es una excesiva duración que percute de forma evidente en el ritmo del
filme, cosa que no es casual: Ferrara
busca el malestar, que nos sintamos acosados sexualmente por Devereaux, que le
temamos. Alarga los planos y las escenas para que a cada segundo que pasa
odiemos más al monstruo. Es de entender pues, que Strauss-Kahn esté decidido a
demandar a Ferrara y a los
productores de la cinta: el director nos muestra su opinión sobre el tema de
una manera muy tajante, nada velada.
Welcome to New York es sin duda un filme provocador en el sentido más
estricto de la palabra, y gustará a muy pocos paladares. Es un filme nacido y
creado para la división de opiniones y el malestar de los espectadores.
Lo mejor: Depardieu y
la creación del monstruo.
Lo peor: capaz de provocar bostezos al espectador no concienciado
de lo que va a ver.
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