NO ESTRENOS: 'After the Dark'
Título: After the Dark (The Philosophers)
Director: John Huddles
Guión: John Huddles
Fotografía: John Radel
Año: 2013
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Productora: An Olive Branch Productions
Reparto: James D'Arcy, Sophie Lowem, Daryl Sabara, George
Blagden, Katie Findlay, Bonnie Wright, Freddie Stroma, Jacob Artist, Rhys
Wakefield, Philippa Coulthard, Natasha Gott, Cinta Laura Kiehl, Taser Hassan,
Chanelle Bianca Ho, Darius Homayoun, Maia Mitchell, Erin Moriarty, Toby
Sebastian.
After the Dark (también llamada The
Philosophers) es la segunda película del director John Huddles. La premiere
fue estrenada en el festival de cine fantástico de la ciudad suiza de
Neuchâtel, y entró en la selección oficial del festival de cine fantástico de
Sitges. El filme trata de unos alumnos de diferentes países que se encuentran
en Yakarta para un curso de filosofía. El último día, el profesor Zimit les
propone un ejercicio de despedida: el Apocalipsis es inminente y deben decidir
qué diez alumnos entran en un búnker para repoblar la especie humana, y qué
diez alumnos se quedan fuera.
Pese a un inicio
más que bueno que plantea cuestiones filosóficas a un espectador que (si está
deseoso de interactuar) puede llegar a disfrutar, y una fotografía preciosista
con el trato de la luz, el filme se deshincha de inmediato. Primero, por unas
actuaciones lamentables de todos y cada uno de los miembros del reparto de unos
personajes que son más lamentables aún, y segundo y mucho más importante, por
un salto a la comba entre realidad y ficción desconcertante y enervante, que culmina
con la confusión entre ambos mundos por los alumnos.
El variopinto
grupo de estudiantes tiene entre sus filas a tres categorías de gente
diferente: los abofeteables, los muy abofeteables, y los extremadamente
abofeteables. En la primera categoría encontramos a todos esos alumnos
interpretados por actores que o no hablan, o limitan sus intervenciones a menos
líneas de diálogo que Ryan Gosling en
cualquier película de Winding Refn
(ojo con el poeta, o el heladero). En
la segunda categoría está (claro, entre otros) la alumna interpretada por Bonnie Wright. Si te preguntas qué le
ocurrió a Ginny Weasley cuando acabó su curso en Hogwarts, The Philosophers es tu respuesta: se fue a Yakarta a por un curso
de filosofía.
Y en la tercera y
última (pero no por eso menos importante) categoría encontramos a la cabecilla
de la clase, interpretada por una chica llamada Sophie Lowe que deja en evidencia el hecho de que una cara bonita
no es suficiente para ser actriz: sólo se pasea por allí como si fuera un ángel
caído en la tierra, hablando con un hilo de voz, y una 'O' dibujada en los
labios de forma constante.
Seguramente, querido
lector ya habrás notado mi profunda animadversión a los personajes (y por ende
a los actores) que protagonizan la cinta. Pero no termina aquí: sería capaz de
soportar unos personajes burdamente dibujados si como mínimo la historia valiera
la pena, pero es que esta, aparte de absurda, es totalmente insulsa, sin vida,
ni interés.
El director es
como el profesor (interpretado por James D'Arcy, un
actor de telemovies, para que sepáis a qué os enfrentáis) en la cinta:
tramposo. O a lo mejor es sólo malo. Me inclino más por la segunda: la trama
romántica es insulsa, y el "giro" final (si así se le puede llamar)
es más confuso que otra cosa. Lo que en principio era una puesta a prueba de
nuestros principios morales se transforma en una amorfa y absurda realidad en
la que sólo adolescentes snobs abofeteables (a tres distintos niveles) deciden
intentar revertirlos sin éxito, sólo consiguiendo lo mismo que le recriminan al
profesor: separar y marcar las diferencias entre las personas.
Lo mejor: todos son guapísimos y guapísimas, la fotografía es
disfrutable y la banda sonora no molesta.
Lo peor: guión, dirección, actuaciones.
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