Fiesta del Cine 2014 #2 - La historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa.
Título: Enemy
Director: Denis Villeneuve
Guión: Javier Gullón (basado en la novela de José Saramago, 'El
hombre duplicado')
Fotografía: Nicolas Buldoc
Año: 2013
Duración: 90 min.
País: Canadá
Productora: Coproducción Canadá-España; Rhombus Media / Roxbury
Pictures / Mecanismo Films
Reparto: Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon, Isabella
Rossellini, Jane Moffat, Tim Post, Laurie Murdoch, Darryl Dinn
La carrera de Denis Villeneuve ha dado un vuelco
desde que en 2009 dirigiera la recreación de los crímenes de la Politécnica de
Toronto con Polytechnique. Desde entonces,
sus películas han sido un éxito entre crítica y público: Incendies, aclamado thriller dramático adaptado de una obra teatral
de Wajdi Mouawad, y Prisoners, uno de los grandes thrillers de los últimos 5 años. La
película que aquí nos ocupa, Enemy,
no va encarado a ser un gran éxito en taquilla, sino a ser su propia 2001, en el sentido de la controversia,
dificultad y disparidad de opiniones que puede causar. Cabe destacar (en esta
producción ibérico-canadiense) el libreto escrito por el guionista español Javier Gullón.
Adam Bell (Jake Gyllenhaal) es un profesor de
historia en una Universidad de Tornto (¿la politécnica?) con una vida monótona
que roza el tedio más absoluto. Todas las clases que imparte parecen iguales,
todos los alumnos miran con los mismos rostros de incredulidad ante las
enseñanzas (muchas veces repetidas) del profesor. Por recomendación de un
profesor compañero suyo en la Universidad, va a descubrir a un actor idéntico a
él, que intentará encontrar desesperadamente... Enemy se basa en la novela de José
Saramago 'El hombre duplicado'.
"I don't know." |
Un tercio de
película Villeneuve se lo debe a Jake Gyllenhaal: solo un actor potente
podía solventar el papelón que se le propone en este filme. Él se mantiene
solvente, interpretando a los dos personajes protagonistas de una manera
diferente, con lo cual si se está atento es imposible perderse (como mínimo en
la identificación de personajes). Otro tercio, a la banda sonora que causa
desasosiego e incomodidad a deliciosas partes iguales. Y el último tercio, a su
magnífica dirección de cámara. El encuadre de Villeneuve tiene magia. La magia del thriller más puro, la magia
del caos reordenado. Si en Prisoners
el canadiense se acercaba a la atmósfera enfermiza de Fincher y Eastwood, en Enemy plasma una suerte de Lynch kafkesque. Entre lo onírico, lo caótico y lo indescifrable, Villeneuve teje una red indesenredable y
a la vez intrigante.
Al contrario que mi
compañero @PauGarcia179, yo sí me voy a aventurar un poco a desenmarañar
esta telaraña de duro tejido. Enemy es,
para mí, la reflexión sobre la identidad e individualidad del ser humano (más
concretamente del sexo masculino), hecha película. La búsqueda de Adam de su
doble no es más que una búsqueda en su interior, una suerte de interiorización
exteriorizada. Cree que conociendo a Anthony podrá llegar a conocerse a sí
mismo, que él le va poder a definir como persona individual y única. No deja de
resultar curioso, que se usen las arañas en varios momentos del filme, un
animal cargado de simbolismo.
"¿Estaré loco, Jake, o somos la misma persona?" |
En culturas que
creen en la reencarnación es el ciclo continuo de transformación, la
transmutación del ser humano durante el camino de la vida. En sus apariciones
oníricas, representa engaño astuto, un mal que acecha cual cazador acecha su presa:
una muerte lenta, poco a poco, carcomido por el veneno. También es un símbolo
de sensualidad y sexo, sexo que en Adam es entendido como brutal, como casi una
violación. El único hobby que le saca del tedio infernal de su rutina aburrida
y dictatorial. La araña es una animal que crea, pero que a la vez destruye. Son las dos caras de una misma moneda. Son Adam y Anthony.
Me gusta el cine
que pregunta mucho pero responde poco. A un plato fácil de digerir (Guillaume) le ha seguido un filme
durísimo de roer. Y estoy contento de haber elegido Enemy. Durísima de ver, durísima de recomendar. Pero para el paladar exacto, un manjar más que exquisito.
Lo mejor: brillante presentación del personaje de Adam, brillante
introducción de la película, brillante final, brillante actuación de Jake Gyllenhaal. No haber entendido del
todo el filme y tener que volver a verlo.
Lo peor: sólo tengo palabras bonitas para esta rara obra del
canadiense de moda.
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