Foxcatcher, de Bennett Miller (I)
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[[Crítica de @AdriNaranjo2]] |
Todos los años por
estas fechas nos vemos con la obligación de darle las gracias a Hollywood por
habernos dado unas nominadas tan dispares y con unas historias que nos llevan a
sitios tan alejados. Este año hemos viajado a las escuelas de música ('Whiplash'), a Broadway ('Birdman'), a la vida de científicos ('The
Theory of Everything' o 'The
Imitation Game'), de
adolescentes ('Boyhood')
o del mismísimo Martin Luther King ('Selma'). Pero ahora nos llega 'Foxcatcher' y revienta todos los esquemas temáticos que habíamos hecho. No
es un biopic clásico, pero tampoco es una comedia actual; no retrata un mundo
conocido por todos, pero tampoco se adentra en la ciencia ficción. Basada en
hechos reales, 'Foxcatcher'
nos sumerge en el extraño y apasionante mundo de la lucha olímpica de los años
ochenta.
Está muy claro quiénes
son los mejores luchadores de Wrestling del mundo: los hermanos Schultz. El
mayor, David (Mark Ruffalo), es el que lleva las riendas de la
situación; es el disciplinado, el que tiene una familia y el que se preocupa de
que todo vaya como tiene que ir. En cambio, Mark (Channing Tatum),
siempre ha vivido a la sombra de su hermano y, la verdad, tampoco le ha
importado mucho. Lleva años con una vida simple basada en entrenar y competir,
entrenar y competir; y el resultado que ha obtenido con esta disciplina tan
espartana no puede ser mejor: ambos son campeones olímpicos. Todo su mundo de
tranquilidad y gloria se verá trastocado el día en el que Mark, el pequeño,
recibe una llamada en la que se le comunica que el señor du Pont (Steve
Carell) quiere hablar con él. Ni corto ni perezoso, el chico de 27 años
coge un avión y se dirige a los inmensos terrenos que rodean la imperial
mansión de la multimillonaria familia du Pont. En la majestuosa finca viven
John, un misterioso cincuentón obsesionado con la lucha, y su anciana madre. La
mujer dedica todas las horas del día a dos cosas: sus caballos y recordarle a
su hijo que es un fracasado y que no aprueba ninguno de sus intereses. El
estrambótico “ornitólogo, filántropo y filatélico” (palabras suyas) le ofrece
al más joven de los Schultz formar un equipo de lucha grecorromana que no tenga
parangón en la historia. Para eso no sólo quiere a Mark, sino que también
pretende que David lo deje todo y se venga a las impresionantes instalaciones
de entrenamiento que ha construido. Aunque David no acepte en un primer
momento, John du Pont conseguirá atrapar al chico en sus redes y moldearlo a su
antojo; idea que, lógicamente, acabará de un modo horroroso.
El primer elemento
que nos da en la cara con virulenta fuerza cuando empezamos a ver 'Foxcatcher' son los actores. La transformación
física de la tripleta protagonista, la creación de estos personaje y,
sobretodo, la solvencia con la que se mueven todos en este registro que tanto
dista de lo que nos tienen acostumbrados. Ver a Chaning Tatum en el
cartel de alguna cinta recién estrenada es sinónimo de comedia adolescente.
Después de '21 Jump Street'
(producción que en nuestro país cayó en las “maravillosas” manos de los
dobladores y pasó a llamarse 'Infiltrados en clase'), la secuela de esta, 'This is
the end' ('Juerga hasta
el fin') o 'White House
Down' ('Asalto al poder'), pocos podían esperar que Tatum
se aventurara con un papel tan exigente y con tanta dureza como este. Algo
parecido podemos decir de la filmografía de Steve Carell: 'The Office', 'Como Dios', 'Crazy Stupid Love' o 'Virgen a los 40', no dejan de ser un pequeño ejemplo
de la cantidad de producciones de puro entretenimiento que ha protagonizado el
actor de Massachusetts. Pero hay una diferencia abismal con su compañero y es 'Little
Miss Sunshine'. En la obra
de Jonathan Dayton y Valerie Faris ya pudimos ver que Carell
era mucho más que un simple actor de comedias entretenidas y que su potencial
nos podía sorprender de un momento a otro; pues bien, seguramente este momento
ha llegado. Con una nariz protésica y un físico irreconocible, nos regala uno
de los papeles más difíciles, curiosos y atrayentes de todo el año. Para
completar esta rocambolesca tripleta nos encontramos con el polivalente Mark
Ruffalo; un intérprete que ya nos deslumbró con 'The Kids are All Right' (con la que consiguió su primera
nominación), el 'Zodiac'
de Fincher, el 'Shutter Island' de Scorsese, el 'Eternal Sunshine of the Spotless Mind' (que volvimos a liarla con la
traducción y se presentó en nuestro Estado como ¡Olvídate de mí!) o la 'My
Life Without Me' de nuestra Isabel
Coixet. Pero Ruffalo también ha demostrado ser el hombre de las mil
caras y no ha tenido miedo de ponerse la capa o el antifaz y adentrarse en los
blockbusters de superhéroes que llegan con demasiada asiduidad a nuestras
carteleras. En 'Foxcatcher'
aparece con una musculatura que quita el hipo y una caracterización que
refuerza el impecable trabajo que nos regala el actor de Wisconsin.
¿Y por qué hablamos
tanto de los actores y no de los otros elementos del film? Muy sencillo: ellos
son lo mejor y más destacable de toda la obra. Aunque esta tercera producción
de Bennett Miller (las otras dos son las laureadas 'Capote' y 'Moneyball') haya obtenido 5 nominaciones a los
premios de la Academia norteamericana (de los que seguramente no vaya a ganar
ninguno), la técnica con la que se desenvuelve toda la historia goza de
talento, pero no se intuye riesgo por ningún lado. Si tuviéramos que definir la
dirección de arte, de fotografía, el sonido, el montaje o la dirección en una
sola palabra, esta sería CORRECCIÓN. Los formalismos son clásicos y perfectos,
pero no podemos analizar ninguno de estos departamentos y ver algo que nos
remueva y nos recuerda las maravillas que se pueden hacer en el cine.
¿Y qué decir del
guión? Pues que la creación de personajes no es la de 'Whiplash', la trama no tiene el gancho de 'Birdman' y la manera en la que se lleva a la
pantalla no sigue ninguno de los arriesgados patrones en los que se mueve 'Boyhood'. Además, el final es uno de los
momentos más decepcionantes de la cinematografía hollywoodiense de los últimos
lustros. Nos plantean un protagonista (Tatum) que cuando llega el
momento culminante de la obra desaparece por completo y deja todo el peso a Carell.
Este fallo de principiante es imperdonable a estas alturas, pero más lo es aún
que la cinta haya obtenido la nominación a Mejor Guión Original (¿puede ser que
no haya habido nada mejor en todo el año?). Sea como sea, 'Foxcatcher' posee unos primeros 40 minutos muy
buenos, unos 40 siguientes aceptables y un tramo final errático y lleno de
decisiones incomprensibles. Toda una pena.
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