'Patético intento de retratar la Segunda Guerra Mundial', de George Clooney

Título: The Monuments Men
Director: George Clooney
Guión: George Clooney y Grant Heslov (basado en la novela de Robert Edsel)
Fotografía: Phedon Papamichael
Año: 2014
Duración: 118 min.
País: Estados Unidos
Productora: 20th Century Fox / Columbia Pictures / Smoke House / Studio Babelsberg
Reparto: George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Cate Blanchett, Bob Balaban, Jean Dujardin, Hugh Bonneville, Dimitri Leonidas, Justus von Dhnányi, Zahary Baharov, Serge Hazanavicius, Grant Heslov, Alexandre Desplat, Lee Asquith-Coe, Nick Clooney
Crítica de @PaulPorcoRosso

Con múltiplos retrasos durante su producción, Monuments Men, prevista para estrenarse a finales de 2013, no llegó al gran público hasta que se presentó (fuera de concurso) en el Festival de Cine de Berlín. Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de valientes expertos en arte (algo así como los Indiana Jones de la realidad) son reclutados para salvar la mayor cantidad de obras de las manos de Hitler, que las está robando de museos y casas particulares para construir el Museo del Reich en su ciudad natal. El grupo, liderado por Frank Stokes (Clooney), viajará por toda Europa durante los últimos años de guerra.

El sermón pseudo-moralista y pro-yanqui de Clooney y Heslov en la película es irritante. Para él, Clooney se ha guardado el personaje con más discursos épicos de la historia del cine, suelta tres o cuatro speeches sobre el valor de la misión, el valor del arte, y el sentido de la guerra. Además, al tratarse de una película coral, dónde no hay un protagonista claro (como es el caso de Monuments Men), los personajes están desdibujados y no se consigue la empatía que hace que el espectador entre de pleno en la película. Así, con un guión malo, los actores no pueden más que recitar sus líneas. Cate Blanchett parece que no sea la misma actriz deliciosa que, en Blue Jasmine (película rodada el mismo año, cuya crítica podéis encontrar aquí) maravilló con su magnífica actuación. El resto de la banda, Damon, Murray, Goodman, Bonneville, Balaban, no hacen más que estar ahí y recitar los aburridos diálogos vacíos de contenido que los guionistas han escrito para ellos. Como ya dijo en su momento el maestro Kurosawa, "con un buen guión, un buen director puede producir una obra maestra; con el mismo, uno mediocre puede hacer una película encomiable. Pero con un mal guión, incluso un buen director es incapaz de realizar una buena".


Clooney y sus amigos han hecho de una historia que, tratada por Spielberg, Tarantino o incluso Wes Anderson, podría haber sido un bombazo, una película más que justa, aburrida, plana y lineal, y que falla en sus facetas tanto cómicas como dramáticas. Un drama bélico sin apenas guerra, sin acción, con diálogos muy simplones. Una aventura sin tensión ni sorpresa, sin duda la peor película del Clooney-director. Eso sí, él se luce.

Lo mejor: la, como siempre, deliciosa banda sonora de Alexandre Desplat, y el diseño de producción.

Lo peor: que se desaproveche una historia tan interesante pese a la multitud de recursos de los que dispone el Sr. Clooney. Y el cameo de su padre.

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