'Calvary', El buen pastor
Retratar una sociedad compleja,
transversal y con una extensa gama de claroscuros ha sido siempre uno de los
más grandes desafíos de la narrativa. Del bullicioso Londres de Dickens a la Roma de dioses caídos que Paolo Sorrentino nos muestra en ‘La Gran Belleza ’, un “aquí y
ahora” puede trascender cualquier barrera cultural y pasar a formar parte del
imaginario colectivo. Y precisamente esto es lo que busca la cinta que hoy nos
ocupa.
En ‘Calvary’, (que nos llega, qué sorpresa, casi un año después de su
estreno, aún habiendo cosechado el Premio del Jurado Ecuménico en la Berlinale 2014), John Michael McDonagh sitúa metafóricamente
el monte Calvario, lugar en el que Jesucristo fue crucificado, en un remoto pueblo irlandés, en eterna lucha
entre una majestuosa y cruda naturaleza, filmada con la confianza de quien
sabe que paisajes de tanta potencia visual no necesitan mayor aderezo, y las desilusionadas vidas de
sus habitantes, todos ellos víctimas y verdugos de sus pequeñas realidades.
El deambular de este rebaño tiene
como piedra angular a James Lavelle, pastor de la comunidad y figura
omnipresente en la cinta. Magistralmente
interpretado por un Brendan Gleeson que derrocha carisma y compasión, en un
papel que hace patente que Gleeson se
entiende a la perfección con McDonagh. Actor y cineasta repiten la sociedad
iniciada en esa suerte de “western irlandés” que es ‘The Guard’ (pésimamente traducida en nuestro país como ‘El Irlandés’), y que se alargará como
mínimo en otro trabajo, ‘The lame shall
enter first’, todavía en fase de preproducción.
Desencadena la acción un largo
plano fijo en el que el padre Lavelle es amenazado de muerte por un miembro de
su comunidad, que busca castigar a un “pastor íntegro” por los terribles abusos
que sufrió en su infancia a manos de un cura pederasta, ya fallecido. Siete días es todo el tiempo con el que
contará el párroco para poner las cosas en orden antes de enfrentar su
fatal destino.
Uno de los grandes méritos de la
película es precisamente la tensión
narrativa que consigue crear esta sorprendente amenaza que, aparte de
marcar el tempo del film, nos ayuda a
comprender el interés del protagonista en dedicar el poco tiempo con el que cuenta
a, en vez de intentar salvar su alma, salvar la de sus feligreses. Interpretados
por un extenso reparto a buen nivel en líneas generales, en el que encontramos
un socarrón doctor cargado de cinismo, un joven inadaptado al que le gusta
Dolly Parton, una adultera masoquista o un millonario petulante que necesita
presumir de un dinero que no sabe disfrutar. A James le apena y le
frustra ser testigo directo de la vanidad y el rencor de sus parroquianos,
encontrando únicamente amor en su hija (la angelical pelirroja Kelly Reilly), incapaz aún de
comprender que entrase en el seno de la Iglesia tras morir la madre de ésta.
La variedad de situaciones y personajes provoca algún breve altibajo durante el desarrollo de la cinta, en el que el nivel de interés de la misma decae ligeramente, pero esto no tumba una propuesta firme que tiene bien claro hacia dónde va en todo momento. McDonagh sabe mezclar con elegancia drama, comedia y algunas dosis de ‘thriller’ para someter a Irlanda a una deconstrucción, muy lejos de visiones idílicas como las de ‘El hombre tranquilo’.
‘Calvary’, a través de la particular crucifixión de un hombre que
simboliza todo lo que la Iglesia debería ser, dibuja un país marcado por el catolicismo como seña de identidad, el
vínculo popular que supone el alcohol, la aceptación del IRA como un estamento
de la sociedad, el desarraigo de su carácter terrenal celta… todo pasa por los
ojos de un resignado padre Lavelle que, pese a todo, quiere a su rebaño.
Como habréis podido apreciar, escribe esta crítica un nuevo rostro de
la página. Mi nombre es Tomás Ruibal y, tras haber finalizado mis estudios de
Producción Audiovisual en la EMAV de Barcelona, busco adentrarme en el mundo
del cine por todos los flancos. Llego pues a ‘Siempre en V.O.’, con ganas de aprender
y de compartir mi amor por el séptimo arte con todos vosotros.
Podéis seguirme en Twitter en mi
perfil, @TRuibal, y ver los dos cortos que hasta ahora he realizado con ‘Hazte
Fun’, productora en ciernes, en nuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCLSgy0thHmbGNhA8t03l4-g.
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