Invencible (Unbroken), de Angelina Jolie

[[Crítica de @marckwire21]]

'Unbroken (Invencible)' de Angelina Jolie es una insulsa y aburrida sucesión de los hechos mas importantes en la vida de Louis Zamperini. El segundo trabajo como directora de la actriz norteamericana es una adaptación del libro escrito por Laura Hillenbrand en 2010 titulado, 'Unbroken: A World War II Story of Survival, Resilience, and Redemption' en el que narra la vida del atleta olímpico americano de ascendencia italiana nacido en 1917, Louis Zamperini. Segundo libro de la escritora que ya vió como su primera creación de 2001 (también historia real) fue adaptada al cine dos años después por Gary Ross ('Pleasantville', 'The Hunger Games') con 'Seabiscuit' protagonizada por Tobey Maguire y Jeff Bridges, una de las grandes cintas de aquel año y que pese a obtener 7 nominaciones a los Oscar no consiguió finalmente llevarse ninguna estatuilla. Los primeros borradores del guión fueron escritos por William Nicholson ('Gladiator') y Richard LaGravenese ('The fisher king', 'The Horse Whisperer' y 'The Secret Life Of Walter Mitty') e iba a estar dirigida por Francis Lawrence ('Constantine', 'I am a Legend' y las partes 2 y 3 de 'The Hunger Games') pero tras la elección de Angelina Jolie como nueva directora en septiembre de 2013, Nicholson dejó el proyecto que fue rescrito por los hermanos Coen junto a LaGravenese que sí se mantuvo en él. La banda sonora es obra del multipremiado y reconocido compositor francés Alexandre Desplat, que este año cuenta con 5 trabajos de gran altura. Al margen de banda sonora oficial, el grupo británico Coldplay es el autor del tema principal de la película llamado, 'Miracles'. Producida por Universal Pictures que se hizo con los derechos tan solo 1 año más tarde de la publicación del libro, también colaboran Jolie Pass, 3 Arts Entertainment y Legendary Pictures que se unió tras la baja de Walden Media. En el reparto tenemos al prometedor actor británico Jack O'Conell como protagonista absoluto dando vida a Louis Zamperini; Domhnall Gleeson y Finn Wittrock como Russell Allen 'Phil' Phillips y Francis 'Mac' McNamara; el novel Takamara Ishihara es Mutsushiro Watanabe, un oficial japonás; Jai Courtney es Hugh 'Cup' Cuppernell y Garret Hedlund es John Fitzgerald.

Después del gran recibimiento, la enorme propaganda y el apoyo al régimen fascista que ganó Mussolini tras organizar el Mundial de fútbol en Italia en 1934, Hitler organizo con la misma idea, los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 en los que participaría Louis Zamperini, un atleta norteamericano con un carácter muy particular. Tres años mas tarde, Zamperini se alistaría en el ejercito donde en mayo de 1943 el bombardero en el que volaba fue derribado y capturado por las tropas japonesas, tras mas de un mes a la deriva, junto a dos de sus compañeros, Russell Allen 'Phil' Phillips y Francis 'Mac' McNamara.

Esperemos que esta producción sirva para que Angelina Jolie se dé cuenta por fin que dirigir películas no es algo sencillo y así abandone su carrera como directora. Aunque me da que no va a ser así. Si os dirigis a la página de Zamperini en Wikipedia tras ver la película, podréis comprobar que lo visto en pantalla grande es exactamente lo que reza en dicha web sobre el atleta americano. Uno se espera algo mas teniendo a los Coen como guionistas pero su trabajo no se observa por ningun lado. Angelina dirige a un solo actor durante todo el film, a Jack O'Conell, el resto son meros espectadores, no se tiene en cuenta para nada al resto de personajes, esto no ayuda a empatizar con el protagonista ni a crear esa figura de invencible que se nos quiere vender. El montaje no es lineal en su primera parte, dejándonos ver y conocer a Zamperini de joven, en forma de flashes o momentos puntuales. Pero estos resultan escasos y demasiado tópicos. Empieza muy floja y previsible en cuanto a la presentación de Zamperini y su familia, tras terminarse los flashes y su participación en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, la historia continua su paso hasta el final de manera convencional. Tanto su infancia, como su conversión al atletismo y su hazaña de Berlin se pasa toda la acción al momento del accidente en el océano y su captura por los japoneses.


Y es aquí donde se supone que Angelina quiere mostrarnos el clímax de su propuesta, mas que centrarse en que conozcamos bien a Zamperini lo hace fijándose solo en momentos puntuales. Es donde yo veo su mayor problema. Su narrativa no lineal al inicio y la poca atención a los secundarios no proporciona toda la emotividad necesaria para sufrir o reir cuando sufre o ríe Zamperini. O'Conell le pone ganas, muchas, y su esquelética caracterización da repelús pero sigo sin ver a ese actor que me encandiló en 'Skins', igual que en '71'. No sé si es cuestión de no saber elegir bien los papeles o de que ningún director ha sabido encontrar la motivación necesaria para hacerlo explotar. Del resto de personajes poco que añadir, apenas les conocemos, apenas sabemos nada de ellos mas que lo justo y necesario y pasan totalmente desapercibidos, ni siquiera Watanabe, el joven torturador infunde miedo, la inexperiencia actuando se nota. Algo que también pasa desapercibido es la banda sonora. Que una película de este tipo no tenga una música épica acorde a los grandiosos y milagrosos hechos que se relatan debería ser delito. No hay fanfarria, no hay siquiera una melodía reconocible. Con tremenda historia detrás, con un libro en el que fijarse y con 137 minutos de duración se ha de ser muy malo, o mala en este caso, dirigiendo para no lograr ni un momento de epica, ni de empatizamiento con alguien al que están torturando. Torturando por decir algo, quien quiera que vea esta película va a tener en mente todo el tiempo al enorme Alec Guinness de 'The bridge on the river kwai' sin ningún tipo de duda. Fallan cosas tan simples como la recreación de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 (solo se ve 1 bandera nazi), que si por si la señora de Pitt no lo sabe, fue uno de los acontecimientos propagandisticos nazis mas importantes del regimen, sino el que más; el excesivo maquillaje de O'Conell en las escenas durante el vuelo en el bombardero y las cicatrizes inflgindas por sus torturadores al parecer desaparecen al pisar suelo estadounidense. En resumidas cuentas, 'Unbroken (Invencible)' es un fallido intento de Angelina Jolie por instalarse en el olimpo de los directores en Hollywoood y que, por suerte para algunos, no sera este año cuando lo consiga.

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RETROSPECTIVA Darren Aronofsky: 'Requiem for a Dream'

[[Crítica de @marckwire21]] 
Un réquiem es la misa de difuntos de la religión católica, un ruego por las almas de los muertos, reproducido justo antes del entierro o en las ceremonias de conmemoración o recuerdo. Encontrar un sello personal tras más de 100 años de cine no era una tarea fácil. Tras un par de cortos y esa brillante rareza de opera prima llamada 'Pi: Faith in caos' en 1996, el americano Darren Aronofsky estrenaba en el año 2000 fuera de competición durante el festival de Cannes, una producción basada en la novela de mismo nombre publicada por Hubert Selby Jr. en 1978, 'Requiem for a dream'. En el libro de Selby Jr. (que también participó en el guión junto a Aronofsky) se refleja su propia experiencia. Nacido en 1928, en 1943 con 15 años se enroló en el ejército para 4 años más tarde ser enviado de vuelta a Estados Unidos debido a que había contraído tuberculosis y los médicos no le daban mas de un año de vida. Al no existir antibióticos fue tratado con un medicamento experimental, estreptomicina. Durante una operación, los cirujanos le retiraron varias costillas para poder acceder a sus pulmones con la mala suerte que uno de ellos se colapsó. La cirugía salvó a Selby Jr. al estirparle la mitad de uno de sus pulmones que a cambio le dejaría severos y graves problemas respiratorios de por vida. Postrado en la cama durante años fue en esta época cuando Selby Jr. se volvió adicto a los analgésicos y a la heroína que lastrarían su vida hasta llevarlo a la tumba. También fueron los años en los que inició su carrera como escritor; sus dos grandes trabajos 'Last exit Brooklyn' en 1961 y 'Requiem for a dream' han sido adaptados al cine en donde el novelista aparece en pequeños papeles. Seis años después de su primera novela en 1961, fue detenido por posesión de heroína y encerrado tres meses en la cárcel de Los Ángeles, donde se había mudado desde Brooklyn intentando dejar las drogas. A la salida de prisión con 39 años, Selby Jr. estaba completamente limpio y así permaneció hasta el día de su muerte donde incluso se negó a recibir morfina para suavizar los problemas que padecía. Hubert Selby Jr. murió en 2004 fruto de una obstrucción pulmonar crónica. 

El film esta interpretado por Ellen Burstyn, una veterana actriz secundaria que en el año 2000 sólo contaba con su papel como la madre de Linda Blair en 'The Exorcist' de 1979 como trabajo mas sonado. Hace poco la vimos en 'Interstellar'. También Jared Leto en su primer papel protagonista tras aparecer en 'Fight Club', 'Girl interrupted' o 'Urban Legend'. Jennifer Connelly, la eternamente joven actriz norteamericana conocida por sus éxitos  ochenteros 'Phenomena' o 'Labyrinth', venía de participar en 'Dark City' y 'Pollock' entre otras. Marlon Wayans, el pequeño de los Wayans, ese mismo año aparecía en dos cintas mas, 'Dungeons & Dragons' y la primera de la venida a menos saga, 'Scary Movie'. Su participación en el film de Aronofsky no deja de ser una sorpresa y su primer papel dramático.Producida por Artisan Entertainment y Thousand Words. La fotografía corre a cargo del habitual de Aronosfsky, también de Spike Lee y ocasionalmente de Joel Schumacher, Matthew Libatique, el ganador de un Oscar y un BAFTA por 'Black Swan'. Su trabajo en'Requiem for a dream' era el tercero en su carrera tras 'Pi: Faith in Chaos' y 'Tigerland'. La música es obra del grandioso Clint Mansell, compuesta por él e interpretada por Kronos Quartet convierten el tema principal casi en un himno mundialmente reconocido por todos, una banda sonora inolvidable y reversionada para la segunda parte de 'The Lord of the Rings'. Era el segundo trabajo de Mansell y ya se podía intuir en el un gran potencial que como no Aronofsky, supo aprovechar mas tarde haciéndolo su compositor fetiche.

Sara Goldfarb (Ellen Burstyn) es una mujer mayor, viuda y con un hijo que esta a punto de abandonar el nido,  Harry (Jared Leto). Sola en la vida, y tras ser engañada con asistir a un programa de autoayuda al que es adicta, Sara empezará a tomara todo tipo de pastillas recetadas por el medico hasta adelgazar lo suficiente para cuando la llamen del programa. Harry es adicto a la cocaína y a Marion (Jennifer Connelly), su novia. Tyrone (Marlon Wayans), el mejor amigo de Harry y también adicto, le sugiere la idea de empezar a traficar y conseguir el suficiente dinero como para vivir tranquilamente y dejarlo a tiempo.


Difícil año en los Oscar para 'Requiem for a dream' ya que había otra película en cartel con el tema de las drogas como telón de fondo, 'Traffic', con grandes estrellas en los papeles principales. Pero no sólo en el apartado de mejor película lo tuvo difícil para obtener la nominación sino también en uno donde a priori debería haberlo estado, el premio a la mejor banda sonora. En dicha categoría ese año terminaron nominados nombres tan importantes como Hans Zimmer, Ennio Morricone o John Williams: casi nada. Lo sorprendente es que fuera Tan Dun por 'Crouching Tiger Hidden Dragon' quien se llevara la estatuilla finalmente. Tampoco se entiende que Julia Roberts se llevara el galardón a mejor actriz por su papel en 'Erin Brokovich' antes que Ellen Burstyn, incomprensible. Esta fue la única nominación a los Oscar que obtuvo 'Requiem for a dream'. Al margen de estar nominada en la misma categoría para los Globos de Oro que tampoco ganaría, la película sí consiguió hacerse con premios en otros festivales entre los que se encuentran la espiga de oro de la SEMINCI en Valladolid a mejor película, y mejor fotografía y actriz en los Independent Spirit.

No creo que haya otra película para hacer sesión doble con 'Trainspotting' que 'Requiem for a dream'. Ciertamente la cinta de Aronofsky se adentra muchísimo más en el drama, pero ambas son igual de crudas y desgraciadamente realistas. Pocas producciones consiguen dejar tan mal cuerpo en el espectador como lo hace esta, un drama cruel y sombrío tejido desde el inicio con un ritmo frenético y un montaje trepidantemente minucioso. Técnicamente es impecable, la fotografía lúgubre y oscura que aporta Libatique junto a las variaciones del tema principal de la película de Mansell crean en el espectador la misma sensación que tienen los protagonistas respecto a la creencia de que es posible cumplir sus sueños. Las notas del tema 'Lux Aeterna' son calmadas en su inicio creando un malrollismo horrible al que la velocidad y las cada vez mas repetidas notas altas van creando esa falsa expectativa de que el sueño americano se puede conseguir, empezar de 0 y hacerse rico para unos o salir en la televisión y sentirse viva para otra. Olvídense de moralinas y de finales edulcorados porque al igual que en la vida real, en 'Requiem for a dream', no los hay. Cuatro personajes que en realidad son dos pero realmente es uno, la adicción. Adicción a los programas de TV, a las pastillas, a los analgésicos, a las anfetaminas, a la heroína, a la cocaina, al café, a la comida, a todo, todo se convierte en adicción cuando no controlamos su consumo o su uso. 'Requiem for a dream' tiene un montaje vibrante y un increscendo vertiginoso, innumerables planos subjetivos, planos detalle, todo se acelera y no hay vuelta atras. En este apartado, la cinta de Aronofsky es tremenda efectiva, no hay duda que su estrambótico montaje deja en constante sacudida la mente del espectador. Increíble el papel de Ellen Burstyn, magnifica, superlativa, la mejor de todo el film. Su personaje Sara Goldfarb es apaleado por la soledad y usado por un sistema que no entiende de personas y si de números. Inconscientemente crueles y llamativas son sus amigas/vecinas que parecen salidas de una producción de Tim Burton y que empujan definitivamente a Sara. Las féminas protagonistas son las que peor llevan su adicción y quienes acaban siendo carne de cañón o de oveja mejor dicho, en un mundo de lobos. La adicción del personaje de Jennifer Connelly es la que peor cuerpo pone. Marion es la unica que no termina con secuelas exteriores, sino interiores, las peores, ya que su adicción solo acaba de empezar a crecer y no hay vuelta atrás. Jared Leto y Wayans me parecen aceptables, ambos estaban empezando y se nota, el peso de las escenas grandes recae en las veteranas Burstyn y Connelly. Son Sara, Harry, Marion y Tyrone, cuatro personas que bajarán a los infiernos para conocer la realidad del sueño americano y los peligros de las adicciones incontroladas. Un mundo oscuro en el que fácilmente se puede caer como le pasa a Sara, quien cree estar haciendo lo correcto en todo momento. Impactante, distinta y realista, el primer gran trabajo a nivel de crítica y público de Darren Aronofsky confirmaba que había un nuevo director en el barrio, y que su mierda, era buena.

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​'El Hobbit: La batalla de los cinco ejercitos', de Peter Jackson

[[Crítica de @marckwire21]] 

Han pasado 13 años desde el estreno de la primera entrega de 'The Lord of the Rings'. Ha llovido mucho. Muchisimo. En total, Peter Jackson ha necesitado de 6 películas para llevar su visión de la obra de Tolkien al cine, 2 trilogías repletas de acción, aventuras y emociones que ya son parte de la historia del cine moderno. La ultima de ellas, 'The Hobbit: The Battle of the Five Armies', es un más de lo mismo durante 144 minutos en los que se continua la historia de la segunda parte de 'The Hobbit' para unirla con la primera de 'The Lord of the Rings'. Hablaban los conocedores y sabios lectores de la obra de Tolkien que un libro como 'The Hobbit' no daba para tres películas. Y así fue como se ha podido comprobar vistos los resultados finales. Esto en parte, ha lastrado su éxito desde antes incluso de rodarse además ya se había estrenado antes la trilogía de 'TLOFR', con lo que ese efecto épico innovador y diferente se había desvanecido como el anillo en los fuegos del monte del Destino.

Este adiós a la Tierra Media, esta ultima entrega de los enanos y Bilbo esta centrada totalmente en un escenario, una única y larga batalla. Arranca con el ataque de Smaug a ciudad del Lago en una vorágine de llamas y destrucción arrasando todo a su paso, acto seguido la acción se calma y prepara gestando la batalla final, la batalla entre enanos, elfos, orcos, trasgos, gigantes, gusanos, unos 40 minutos finales de trepidante acción sin descanso donde, como no podía ser de otra manera, todo esta cerrado con la moralina final y el enganche a la saga inicial que encumbró a su director, 'TLOFR'. 


Vale la pena el precio de su entrada y mas con la poca oferta de cine de entretenimiento que hay en la cartelera navideña. Funciona perfectamente como cinta de aventuras, con unos personajes carismáticos e hiper conocidos que dan lo que se espera de ellos, un disfrute para los ojos que no para la mente. Sus mas de dos horas se hacen largas realmente sobretodo por no cambiar la acción de lugar y centrarlo todo en su épico final bélico, el cual uno ansia desde el inicio. No seria extraño que esta ultima entre recibiera nominación a efectos especiales, o banda sonora, pues la partitura que se marca Howard Shore es magnifica, contribuyendo totalmente a aumentar la importancia de la gran batalla final en la historia de la Tierra Media y dotando de un tema principal a la saga tan reconocido como el que creo para la trilogía de 'TLOFR'. Buena cinta de aventuras, cierre perfecto a una de las sagas de la historia del cine, capaz de competir con la gran 'Star Wars', algo que nadie hubiera pensado que pasaría. Los fans de la saga no se la pueden perder porque disfrutaran mucho y los no fans pueden encontrar en ella una buena cinta de aventuras que da lo que promete, ni mas ni menos. 'The Hobbit: The Battle of the Five Armies' es una de las mejores opciones de la cartelera navideña.

Lo mejor: No engaña. Gran película de acción y aventuras épicas alzando el valor de la amistad ante todas las cosas.
Lo peor: Todo gira en torno a un escenario y eso agota, sobretodo cuando la épica y la acción motivadora de esta tercera parte solo nos llega en la media hora final.

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Recomendaciones de Cine de Terror Europeo: #10 - REC (2007) de Jaume Balagueró y Paco Plaza

[[Crítica de @marckwire21]]
La mejor película y más popular saga europea de zombies o infectados que se ha hecho. No, no me olvido de 'Zombies party', obviamente. Y no es la única cinta de zombies... y humor. Ahí están las francesas 'La horde' o 'Goal of the dead' para confirmar el buen hacer europeo en comedias con zombies, pero 'REC' es la única saga que se toma el tema en serio, como film de terror. La clave del éxito de la película es el tiempo. Son 76 minutos lo que dura la cinta, y en ese concreto espacio de tiempo sólo podrás respirar tranquilamente durante los primeros 20 puesto que luego todo es una sucesión de sobresaltos continuos a cada cual más explosivo. El uso del found footage/falso documental le añade ese toque de credibilidad necesario para que la película funcione como un tremendo estimulante. Porque funciona. Esta técnica lleva usándose en el cine desde los años 80 y principalmente ha estado aplicada al cine de terror aunque también al de ciencia-ficción. Éxitos como la americana 'The Blair Witch Project' en 1999 sirvieron para abrir la veda que sagas como 'Paranormal Activity' o 'VHS' se han encargado de explotar.

'REC' llega al mismo tiempo que la primera parte de 'Paranormal Activity', a finales de 2007, y se presenta en el festival de Cine de Sitges dónde se lleva cuatro premios (director, actriz, critica y publico), y más tarde triunfa con dos premios Goya (actriz revelación y montaje). Ángela Vidal (Manuela Velasco) es reportera de una televisión local que cada noche sigue a un gremio distinto de trabajadores en algunos de sus quehaceres diarios. En esta ocasión Ángela hará el reportaje desde la estación de bomberos. Durante las entrevistas a los trabajadores, estos, reciben una llamada de  emergencia en la que informan de unos gritos que provienen de un piso donde se halla encerrada una señora mayor. La reportera junto a su cámara, el ya mítico Pablo, deciden acompañarlos para grabar en directo la situación. Una vez allí y tras derribar la puerta encuentran a la señora en camisón, moribunda, bañada en sangre y rodeada de gatos. A esto me refería con el tiempo antes, no sólo tiene una duración más cercana al mediometraje sino que la primera explosión vírica por así decirlo llega a los 15 minutos, el metraje restante hasta el final es una continua angustia con tan sólo un espacio de 10 minutos para volver a coger aire gracias a las entrevistas a los vecinos y la entrada del doctor experto.

Y es este hecho en concreto el que vuelve a elevar la tensión aún más si cabe hasta ese golpe seco final, como en 'The Blair Witch Project' pero a un ritmo fulgurante. Un ya clásico del cine de terror firmado por dos grandes directores españoles, el catalán  Jaume Balagueró ('Los sin nombre', 'Darkness', 'Frágiles') y el valenciano Paco Plaza ('El segundo nombre'). Ambos dirigieron las dos primeras partes de esta saga para luego encarar cada uno por solitario 'REC 3' y 'REC 4' respectivamente. No comentaré nada de 'OT, la película'. Supongo que todos tenemos que comer, ¿no? Sino que se lo digan a Álex de la Iglesia con 'Messi'. Bromas aparte, también hay que alabar el buen trabajo de Manuela Velasco y su interpretación de Ángela Vidal, la ya mítica Ángela Vidal, nuestra Teniente Ripley española. Su 'Pablo grábalo todo, por tu puta madre' ya es una de las frases más míticas y repetidas por los incondicionales de la saga y, en esta primera entrega, Manuela está muy creíble, irritante con sus gritos y ataques de histeria al inicio y absolutamente acertada con sus reacciones en la oscuridad. Ángela Vidal es efusiva, espontánea y muy miedosa, no tiene porqué caernos bien, es simplemente una reportera casi novata haciendo un reportaje nocturno seguramente para una especie de Callejeros Workers o algo parecido, un personaje matizado con brillantez por Manuela Velasco a la perfección.


Al margen de la heroína y los cuerpos de seguridad varios, otra gran baza con la que cuenta el film es esa comunidad de vecinos tan real (enormes la pareja de abuelos) o esa portería típica de cualquier ciudad en la que se sitúa toda la acción (un sólo escenario para todo). Allí sucede todo, bajo extensas lonas de plástico que aíslan el edificio y todo lo que dentro ocurre del resto del mundo. 'REC' supuso el inicio de la mejor saga de infectados o zombies europea que se ha hecho hasta la fecha, incluyendo por primera vez en este tipo de películas el falso documental para dar realismo a los hechos y recortando el metraje lo justo y necesario para que la acción no decayera en ningún momento. No entiendo cómo se pueden quejar algunos de la cantidad o los constantes movimientos de cámara cuando lo que vemos es lo que Pablo grabó bajo una situación de máximo estrés como es el estar encerrado en un edificio donde todos van cayendo muertos como moscas unos tras otros. Está acojonado. Como la estaríamos todos en esa situación y de ahí esos movimientos de cámara tan bruscos y abruptos, que ya bastante inteligentes son parándose siempre lo justo para mostrarnos esa imagen espeluznante como la de Conchita cogiendo aire cual toro bravo antes de embestir y recibir dos balazos o el instante en Ángela se asoma por el hueco de la escalera desde el último piso y ve a todos los convertidos subiendo a por ella. Touché.

Son Ángela y Pablo, dos personajes, dos seres humanos que sienten y padecen todo tipo de sensaciones bajo un nivel de presión tan exagerado, como nos pasaría a todos repito. Y si la película intenta tratar el tema desde un punto de vista realista como hace, debo, y tengo que entender sin rechistar tanto el carácter soberbio de Ángela como los nervios de Pablo. Por cierto, el famoso Pablo es Pablo Rosso, encargado de la fotografía en el film y un habitual tanto de Balagueró como de Plaza, incluso trabajó en la primera producción de Pascal Laugier, el director de 'Martyrs', 'Saint Ange' en 2004.

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#reflexionesdecine - Las 6 películas que más me hicieron llorar la primera vez que las vi

Hoy, las #reflexionesdecine corren a cargo de @PaulPorcoRosso

En mi día a día no soy un tío extremadamente sensible. Pero cuando entro en una sala de cine (o apago las luces del salón de mi casa y pongo un DVD en el reproductor, el cine de la gente pobre) algún chip cambia en mi cerebro y soy capaz de llorar a moco tendido. Aunque, como con todo, depende tanto del momento anímico como del lugar donde estemos viendo la película. Anímicamente (y eso, que yo sepa, aún no hay ninguna ley escrita que lo defina a la perfección) hay días que los sentimientos están a flor de piel y la lágrima es más fácil que nunca. Y nuestra situación geográfica a la hora de ver un drama intenso también influye: la diferencia entre compartir Her con tus compañeros de butaca a verla en tu casa en pantalla pequeña está en el vínculo que se crea entre tú y el personaje de Joaquin Phoenix. En la intimidad del hogar nos sentimos más protegidos, y llegar a entrar en la película es más fácil que estando en una sala gigante de 150 butacas con el irrespetuoso de la fila 6 que se ha olvidado de apagar el móvil, la bastarda de la fila 9 que rebusca en el fondo del bote de palomitas como si buscara un anillo de diamantes, o la parejita de la fila 12 que tiene que decirse al principio de cada escena lo mucho que se quiere mediante sonoros besos.

En esta #reflexionesdecine voy a hacer memoria e intentar enlistar las 6 películas con las que más he llorado la primera vez, sin contar revisiones. Ya os aviso ahora: hay un tonel de spoilers en la lista, así que si la leéis enterita y os destripo alguna película ya estabais avisados. Los filmes que componen la lista no son mis dramas favoritos (aunque hay alguno de ellos en la lista), sólo películas con las que no pude aguantar y rompí a llorar como una madalena inconsolable.

6. Blue Valentine (2010)

El nacimiento del amor y la decadencia de la relación entre Ryan Gosling y Michelle Williams es un acierto del autor Cianfrance en todos los sentidos. Su montaje, intercalando momentos del apogeo romántico con los de pérdida de la esperanza amorosa, sumado a la fotografía, la selección musical y las tremebundas interpretaciones de los dos personajes protagonistas suman todos los puntos necesarios para una película cerca de la perfección.

El momento: Gosling se aleja con los ojos abnegados de lágrimas, de su hija y su ahora ex-mujer hacia un futuro incierto.

5. Melancholia (2011)

Lars von Trier tiene un máster suma cum laude en dramas intensos. Podría haber en esta lista grandiosas películas suyas (casi todas me han hecho soltar alguna lagrimilla), pero la que más me ha hecho sufrir es, sin duda, su particular visión del apocalipsis. Aunque todos sabemos que la película no va sólo sobre un planeta gigante engullendo a la Tierra... Si queréis saber más, a mi crítica os remito.

El momento: Tristán e Isolda suenan de fondo, y Gainsbourg y Dunst esperan pacientemente al fin del mundo. El planeta Melancholia arrasa con todo.

4. 12 años de esclavitud (2013)

El tercer filme de Steve McQueen, su proyecto más mainstream, combina un reparto estelar y en estado de suma gracia con la que se ha convertido en temática habitual de su cine: la esclavitud. Pero por primera vez, la trata sin tapujos ni rodeos: en 1850 un respetado músico de jazz de origen afroamericano es secuestrado y vendido como esclavo en los campos de algodón de América. Su agonía de 12 años es retratada con su magia habitual (pero menos planos fijos y primerísimos primeros planos) por el prometedor artista inglés con el mismo nombre que el héroe de acción de ataño.

El momento: cada latigazo de Fassbender a una sufrida Lupita N'yongo es a la vez una lágrima y un paso de la chica hacia su (a mi parecer) merecido Oscar a mejor actriz de reparto.

3. Amour (2012)

Ninguna película de Michael Haneke había conseguido hacerme llorar hasta el día en que vi Amour. Soy un gran fan de (casi) toda la filmografía del genio austríaco, pero sus películas más que provocarme lloros incontrolables me mantienen en una tensión asfixiante y me provocan una sensación de vacío desasosegante cuando llegan los títulos de crédito. En Amour, George y Anne (unos superlativos Trintignant y Villa) son dos octogenarios que ven su amor puesto a prueba cuando Anne tiene un infarto y como consecuencia se le paraliza un costado.

El momento: Anne ha perdido el habla e intenta pronunciar algunas palabras. George, desesperado, empieza a cantar 'Sur le pont d'Avignon' y Anne lo sigue hasta que sus ojos se inundan de lágrimas.

2. El Pianista (2002)

Polanski consiguió retratar con acierto los años previos a los campos de exterminio mediante este drama mastodóntico ambientado en el guetto arrasado de Varsovia, retratado con una fotografía espectacular de Pawel Edelman (aunque para los académicos no tanto como la de Camino a la perdición). El Pianista es un hombre que lo pierde todo poco a poco por la desdicha de la guerra, un sufrido náufrago humano en una ciudad asolada por los obuses interpretado por Adrien Brody. Sin duda, el polémico Polanski dio con la tecla acertada: Oscar para él y Oscar para Adrien Brody en la que es la mejor actuación de su carrera.

El momento: un cansado y desmejorado Adrien Brody interpreta una Balada de Chopin ante la atenta mirada de un oficial alemán.

1. Viaje a Darjeeling (2007)

Otro gran maestro para el drama (aunque en sus películas siempre se las ingenia para combinarlas con su estilo particularísimo y su humor entre irónico y sarcástico) es Wes Anderson, el cual sitúo en el punto más alto de esta lista. Muchos son los momentos del filme que apelan a la melancolía en esta historia de tres hermanos que no se soportan a la búsqueda de su madre perdida en la India, y pese a los numerosos momentos de alta comicidad, esta película (una de mis favoritas) termina con un sentimiento agridulce: como la vida misma.

El momento: uno de los "cuentos" de Schwartzman: los tres hermanos intentan llevarse el coche de su difunto padre del taller el mismo día del entierro.

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Recomendaciones de Cine de Terror Europeo: #9 - Profondo Rosso (1975) de Dario Argento

[[Crítica de @marckwire21]]
La eterna pregunta. ¿'Suspiria' o 'Profondo Rosso'? Adoro ambas películas y gusto del cine que propone Dario Argento. Por eso mismo no se puede entender cómo hacer un film como 'Suspiria', que es la quintaesencia del giallo, cuidando hasta el último detalle y dejándose la vida en el juego de luces tan visualmente potente y luego cerrar tan ardua tarea con un portazo en las narices y una silueta dibujada en 3D con tiza. Estoy más que seguro que si esta película no tiene a día de hoy la valoración que se merece es justamente por ese final tan cutre y repentino. Esto no pasa con 'Profondo Rosso', dónde Argento cierra y bien un film curioso y llamativo, uno de los máximos exponentes del giallo (corriente cinematográfica precursora del slasher), un regalo para la vista y para esas partes oscuras de la mente humana que todos tenemos. Algunas de sus premisas principales son la de recrearse en las escenas violentas, en los asesinatos más explícitos haciendo de estos una bellísima coreografía visual y morbosa, distanciándose del thriller policial lineal, plasmando cada muerte como un paso más hasta llegar al giro final con la revelación del asesino.

El giallo tuvo su auge entre los años 60 y 80 donde decenas de producciones mostraban a enmascarados o asesinos perturbados matando a cuantos se ponían por delante, especialmente adolescentes. Movimiento iniciado por Mario Bava y al que otros directores insuflaron de inmortalidad como Sergio Martino, Lucio Fulci o Dario Argento. En 'Profondo Rosso' de 1975 se nos cuenta la historia de Marcus Daly (David Hemmings) un músico inglés que tras encontrarse con su amigo Carlo (Gabriele Lavia), presencia como una médium, Helga Ulmann (Macha Méril), es asesinada en su ventana. Un argumento bastante simple que transmite, puesto en pantalla bajo las directrices de Argento, mucho más de lo que parece. Si Carpenter reconoció haber estado influido por 'Les Yeus Sans Visage' para la máscara de Michael Myers en 'Halloween', sin duda, el tema principal del mítico slasher norteamericano nace con el creado por el grupo italiano Goblin para 'Profondo Rosso'. Lo primero en que se piensa tras ver la película de Argento es que es un trabajo bien hecho, con un estilo definido y reconocible 100%, que habían ganas de innovar y expresar muchas ideas que venía guardando y lo hace sin tapujos, sin importarle la coherencia de algunos tramos del guión en pos de acrecentar las muertes que en él se ven.


Cantidad de imágenes hipnóticas acompañadas de la banda sonora de Goblin que transmiten un tono macabro y sanguinolento a todo el ambiente. Impresionante el susto conseguido con el muñeco. Un ambiente rojo, cortinas rojas, suelos rojos, sangre roja, vestuario mayormente rojo, no tonos rojizos no, rojos absolutos, rojo profundo. Pese a parecer algo cutre por momentos no deja de perder su reconocible estilo estético en ninguna escena. Argento maneja todo tipo de planos, detallados y primeros como los guantes de cuero o los ojos del asesino una y otra vez, los juguetes alineados, o planos generales picados como el de la fuente en la conversación con Carlo y al final cuando Marcus descubre lo que descubre. Talmente su historia no es que carezca de importancia, es que pasa totalmente a un segundo plano por toda la belleza de la puesta en escena que consigue el director italiano, uno no espera una frase brillante ni una respuesta doblemente brillante, espera que el asesino vuelva a matar y disfrutar de un nuevo número sangriento. Eso es así, sino, es imposible que pueda gustar el giallo: la corriente cinematográfica más cercana a la búsqueda del arte en sus imágenes.

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Recomendaciones de Cine de Terror Europeo: #8 - Martyrs (2008) de Pascal Laugier

[[Crítica de @marckwire21]]
Dolor, mucho dolor. Pascal Laugier se propuso conseguir retorcernos las entrañas en 2008 con su segunda película, 'Martyrs'. Y lo consiguió. Una cinta de terror basada en el dolor y en la violencia justificada hasta el punto de convertirla en un personaje más, un personaje insufrible. 'Martyrs' es la exposición de una historia para la que hay que tener estómago, un thriller repulsivo, gratamente desagradable y con un sorprendente y despiadado desenlace. Tranquilos, no es una versión de 'The Human Centipede', no sigue esa estela. Chamfors. Años 70, una chica desaparecida hace un año llamada Lucie es encontrada absorta, semidesnuda y completamente llena de moratones y arañazos caminando por una solitaria carretera. Tras ser recogida por las autoridades, estas confirman no encuentran signos de abuso sexual y la hospitalizan hasta que se cure de todas las heridas, tanto físicas como psicológicas. ¿Dónde estuvo Lucie durante todo aquel año? ¿Porqué apareció en ese estado? ¿Porqué no puede articular palabra?

Hay bastantes webs que estropean el clímax inicial de este film contando más cosas de las debidas y que si, por casualidad alguien las lee antes, corre el peligro de no 'sufrir' tanto viendo 'Martyrs'. Algo que luego afectará sin duda a la valoración final. El arranque es sublime, espectacular, con un ritmo endiablado y que deja al espectador catatónico como la propia Lucie al inicio. Totalmente en shock por ese tornado inicial de violencia e imágenes impactantes Laugier concede tramos de tranquilidad de unos 20-25 minutos para asestar un nuevo golpe que trastoque toda esa paz. Durísimas imágenes que calan hondo en el espectador, recuerdos de la saga 'Hostel' o de aquellos slashers setenteros de braguitas ínfimas como 'I spit in your grave', 'The hills have eyes' o incluso 'The texas chainsaw massacre'. La violencia como medio para aterrorizar y poner al espectador inquieto, a disgusto con lo que ve y disfrutando a la vez. No es 'Funny games' ni lo pretende, 'Martyrs' no quiere dar explicaciones, va directa a sorprender, a dar el grito cuando todo está en silencio. Esta película ya forma parte de esa nueva (¿?) ola de terror francés que azota Europa y Estados Unidos en la que encontramos otros títulos como 'Haute tension', 'A l'interieur', 'Le horde' o 'Frontiere(s)'. Que una película como esta no encienda automáticamente el interruptor de un posible remake americano es simplemente porque no pueden, o no les dejan, vayan ustedes a saber. Lo más parecido en cuanto a terror violento yankee es 'Hostel', y les aseguro que ninguna de las dos partes hace sombra al film de Laugier, donde el sólo impacto del final 'merece' toda esa violencia excesiva y desmesurada.


Parte del gran éxito del film junto con el impacto visual de las escenas violentas y escabrosas son las grandes interpretaciones de su pareja protagonista, Mylène Jampanoï (Lucie) y Morjana Alaoui (Anna), ambas a un gran nivel, sobretodo Morjana. La fotografía de Stéphane Martin y Nathalie Moliavko-Visotzky junto a la banda sonora de los hermanos Cortes envuelven este doloroso y perturbador producto. Para finalizar recalcaré el mal cuerpo que deja el film de Laugier, dejando la sensación de haber presenciado algo diferente y cruel a la vez. Un inteligente y macabro ejercicio de estilo con un fin claro, con un final que entra perfectamente en los cánones del cine de terror y que aporta un nuevo aire de frescura violenta. Aconsejable ver urgentemente otra película después para quitarse el mal trago si es que son capaces. Porque, si algo deja grabado a fuego Laugier es su marca en vuestro cerebro y mas que grabada a fuego, incrustada con tornillos.

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'Exodus: Gods and Kings', de Ridley Scott



En 2013 Ridley Scott tuvo que ver como la crítica destrozaba 'The Counselor', que partía de un guión del escritor Cormac McCarthy (previamente adaptado a la gran pantalla en 'The Road' y 'No Country For Old Men') para contar una historia de violencia y narcotráfico en la frontera de Estados Unidos con México. En Siempre en VO no dudamos en alabar en su momento la película de Ridley Scott (curiosamente en un filme donde la autoría del director se diluía entre la magnánima narrativa de McCarthy) pero después del fracaso de 'The Counselor,' Ridley Scott volvió a terreno conocido dirigiendo una épica superproducción, la bíblica 'Exodus: Gods and Kings'

En un año donde ya hemos disfrutado de una adaptación del Antiguo Testamento de la mano de Darren Aronofsky con su particular visión de la historia de Noé ('Noah', 2014), es inevitable caer en las comparaciones: aunque Ridley Scott tiene el oficio y la experiencia para crear una obra más espectacular, la película de Darren Aronofsky tenía alma de autor bajo la apariencia de un simple blockbuster. En cierta forma, 'Exodus: Gods and Kings' es la película que revaloriza 'Noah' y que la hace destacar, aún con sus imperfecciones, entre la avalancha de blockbusters épicos que se producen cada año.



Pero hablemos de Éxodus: aquí se explica la historia de Moisés, de sobra conocida por todos, la cuál dice que liberó a los hebreos de la opresión egipcia. Para interpretar al profeta, Ridley Scott contó con Christian Bale, mientras que Joel Edgerton se ocupó del papel antagonista, el faraón Ramsés. Los dos resultan bastante convincentes, y en realidad son los únicos que tienen algo de interés entre el difuso conjunto de personajes que pueblan esta historia épica. Aaron Paul, el Jesse Pinkman de 'Breaking Bad' interpreta a Joshua, un personaje con apenas líneas de diálogos y al que podríamos definir vulgarmente como el perro de Moisés, aunque quizás si el profeta tuviera una mascota de verdad ésta tendría más entidad que Joshua. La pobre Sigourney Weaver, que volvía a trabajar con Ridley Scott 22 años después de '1492: The Conquest of Paradise' y 35 de su obra maestra, 'Alien', se encuentra en una tesitura similar y su personaje, la madre de Ramsés, tiene un par de frases y apenas dos minutos en pantalla. Aparte de los actores claramente desaprovechados condenados a interpretar personajes desprovistos de alma, tenemos algunas decisiones de casting difícilmente defendibles. John Turturro es el padre de Ramsés, y al menos el que esto escribe no puede dejar de pensar en su personaje de 'O'Brother' o en su cameo en la bolera de 'The Big Leboswki'. Entre tanta solemnidad es imposible tomarse en serio a John Turturro, y lo mismo sucede con Ewen Bremmer, que interpreta a un científico y que con su absurdo intento de hacerse el gracioso nos hace venir a la cabeza la escena de la entrevista de 'Trainspotting'. Entre tantos errores de casting y actores desaprovechados, al menos María Valverde, actriz española, tiene más relevancia de la esperada y consigue hacer un buen papel como Séfora. Bien por ella.



Incluso en el caso de Ramsés, interpretado por Joel Edgerton de forma más o menos solvente, su desarrollo dramático es exageradamente poco sutil teniendo en cuenta que la película dura dos horas y media, y que tanto guionista como director podrían haberle dedicado un poco más de tiempo a describir a su personaje, pues pasa de ser un gran amigo de Moisés a odiarle a muerte en cuestión de minutos, convirtiéndose al final en un tirano cuya humanidad solo aparece cuando se preocupa de su hijo. También hay que destacar la forzada aparición del personaje de Aaron, hermano mayor de Moisés, que de pronto, sin que los responsables del film se preocupen por describirlo mínimamente o conferirle un poco de interés, se convierte en un personaje importante en la trama como uno de los hombres de confianza de Moisés.

Pero no todo es malo en la última obra de Ridley Scott, pues como decía al principio hay que reconocer su capacidad para crear un puro espectáculo visual, y la recreación de Egipto, con sus batallas, sus monumentos y sus gentes (contando con un incalculable número de extras) es de lo más acertada y extraordinaria. Además, cierta escena protagonizada por caimanes es terroríficamente impresionante, sin duda uno de los mejores momentos del filme.

El filme dura dos horas y media y se deja ver si no pensamos demasiado en los ridículos personajes y nos conformamos con las espectaculares escenas de acción; una película desprovista de una mínima espiritualidad o profundidad (a diferencia de 'Noah') que el espectador olvidará al poco tiempo de salir del cine.


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Recomendaciones de Cine de Terror Europeo: #7 - Das Kabinett des Dr. Caligari (1920) de Robert Wiene

[[Crítica de @marckwire21]]
Antes que 'Nosferatu', 'Dracula' o 'Frankenstein' existió Cesare. 'Das Kabinett des Dr. Caligari' abre el telón mostrándonos a un preocupado Francis (Feher) conversando con un amigo al que relata unos hechos que vivió no hace mucho. A modo de flashback (durante todo el metraje prácticamente) Francis nos cuenta la llegada de una feria ambulante a Holstenwall, un pequeño pueblo al noroeste de Alemania. Uno de los feriantes, el extravagante doctor Caligari (Werner Krauss), presenta a su máxima estrella, Cesare (Conrad Veidt), un sonámbulo que lleva 25 años en hipnosis y es capaz de predecir el futuro. Extrañas y misteriosas muertes se sucederán en los días siguientes a la llegada de la feria. La obra cumbre del expresionismo cinematográfico la dirigió el checo Robert Wiene en 1920, dos años antes que 'Nosferatu' de F.W. Murnau.

En principio, iba a ser otro gran director como Fritz Lang el encargado de dirigir el film, pero este se encontraba rodando la segunda parte de 'Die Spinnen'. El guión corre a cargo del también checo Hans Janowitz ('The Janus Head', 'Marizza, genannt die Schmuggler-Madonna') y el austríaco Carl Mayer ('Der Letzte Mann', 'Sunrise') basándose en historias personales de ambos. Os aconsejo que indaguéis, sobretodo en el aporte de la historia personal de Janowitwz al guión. El mítico nombre del doctor viene dado por un libro escrito por Stendhal, 'Cartas desconocidas', donde el escritor relata un encuentro que tuvo con un oficial en la Scala de Milán llamado Caligari. El pintor e ilustrador Alfred Kubin iba a ser el diseñador de los decorados por petición de Janowitz, pero fueron los pintores expresionistas Walter Reinmann, Walter Röhrig y Hermann Warm quienes crearon finalmente esos fondos pintados en telas llenos de formas geométricas, esas calles retorcidas, sillas enormes en diminutos espacios, ventanas con marcos puntiagudos y un sinfín de ambientes totalmente opresivos y oscuros que la fotografía e iluminación de Willy Hameister ('Hintertreppe', 'Genuine') supo plasmar a la perfección en cada escena y cada plano de la película.

En cuanto a su banda sonora, fue creada por Giuseppe Becce ('Der Letzte Mann', 'Das blaue Licht'), pero no existe ninguna versión con la partitura original del compositor italiano ya que esta está totalmente perdida. En las futuras restauraciones que la obra de Robert Wiene sufrió, el acompañamiento musical fue totalmente reescrito usando algunos trazos de otras composiciones de Becce para el cine mudo por autores como Lothar Prox en 1985, Richard Marriott en 1987, Rainer Viertelboeck en 1993, Timothy Brock en 1996 (aquí además se añadieron filtros de color dependiendo de la localización de la escena) y la última en 2014 por el neoyorquino John Zorn durante el Festival de Berlín. También pululan por cierta red social de vídeos una decena de versiones con imaginativas bandas sonoras, algunas muy logradas e incluso existe una en la que canta David Bowie.


Una gran película de poco más de una hora llena de detalles a los que prestar atención, varios símiles políticos e ideológicos pueden salir de ella después de verla. Han pasado más de 90 años y sigue siendo un claro referente del cine de terror donde además de teorías políticas o posicionamientos ideológicos se disfruta del expresionismo alemán mas exaltado y por si esto no fuera suficiente contiene una narrativa brillante y caótica en los pocos textos que se nos muestran capaz de hacer que el espectador no sólo que no se pierda en sus escasos diálogos sino que termine sorprendido con ese giro final, esa vuelta de tuerca que ha servido de inspiración a tantos y tantos directores. La unión de tantos buenos artistas trabajando a la vez crea una atmósfera y ambientación únicas, incluidos los actores con sus portentosos maquillajes y exageradas interpretaciones, rodeados de formas cubistas, góticas y altísimas puertas oblicuas que comprimen todos los recovecos de la puesta en escena donde nada se escapó al ojo de su director que supo captar siempre la atención del espectador hacia donde quiso. El uso del iris junto a esos fundidos a negro trasladan de manera impresionante a saborear esa angustia, ese miedo tan inquietante que por ejemplo infunde la escena en que Cesare abre los ojos, ese instante que parece no tener fin o la fuga del mismo por las callejuelas estrechas de Holstenwall tras el intento de rapto de Jane (Lil Dagover).

Gran obra que influyó en otros magníficos directores como Hitchcock, David Lynch o Tim Burton, sobretodo en este último, 'Edward Scissorhands' con Depp idéntico a Cesare, los decorados geométricos de 'Bettlejuice' o el Penguin que intepretó DeVito en 'Batman Returns'. Al igual que al 'Nosferatu' de Murnau, a 'Das Kabinett des Dr. Caligari' se la puede considerar también un documento histórico filmado por un director adelantado a su época capaz de añadir un extenso flashback y un giro final a su obra en busca de la sorpresa del espectador y a su vez llenar de mensajes entre líneas toda su obra. Algo que está muy valorado a día de hoy y que Robert Wiene ya hizo hace casi 100 años. El cine sigue en pañales.

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Recomendaciones de Cine de Terror Europeo: #6 - ¿Quién puede matar a un niño? (1976) de Narciso Ibáñez Serrador

[[Crítica de @marckwire21]]
Posiblemente y limando algunos pequeños errores esta sea la mejor película española de terror que se haya realizado. 'El juego de los niños' fue una novela que Juan José Plans publicó en 1976 y que el eterno Chicho Ibañez Serrador adaptó para el cine ese mismo año. En pleno verano, un matrimonio de turistas extranjeros (no se deja claro su nacionalidad, aunque tienen una pinta de ingleses que tira para atrás) deciden pasar unos días a modo de luna de miel en la costa levantina, en Benavis. Su búsqueda de paz y tranquilidad los llevara a conocer la existencia de una pequeña isla a unos kilómetros de la costa, Almanzora. Una vez allí Tom (Lewis Fiander) y Evelyn (Prunella Ransome) comprobarán que la pequeña isla esconde un gran secreto. '¿Quién puede matar a un niño?' fue el titulo que finalmente Chicho le adjudicó creando así la duda en el espectador sin ni siquiera haber visto el film. ¿Seríamos capaces de matar a un niño? Este es el primer golpe que el realizador español daba con su película, el segundo sería el prólogo de la misma. Usando imágenes de archivo observamos el trato que se ha dado a los niños a lo largo de la historia, especialmente en aquellos que habitaban en zonas de guerra. Al igual que cuando un matrimonio con hijos se separa o divorcia, los niños son los que mayormente suelen pagar los platos rotos como se comenta en el film. En las guerras también hay dos bandos, incluso más, como sucede en los matrimonios, y los niños, tanto en la guerra, como en la separaciones conyugales y en general en la vida, siempre son los grandes damnificados.


El uso de niños en películas de terror casi siempre ha llevado a estas al éxito, 'The Innocents', 'Village of the damned', 'The Omen', 'Poltergeist'. En '¿Quién puede matar a un niño?' Ibañez Serrador no esconde nada en la oscuridad, ni tras una cortina, el terror infantil inducido por esa masa de críos que pueblan Almanzora se muestra bajo el sol mas abrasador y sus blanquecinas casas veraniegas. La ambientación es magnífica: no todas las producciones de terror han de ser oscuras, góticas o infestadas de sangre. Para infundir miedo en el publico también puede crearse un clima malsano o viciado, con el silencio de una isla y de unos niños que tan sólo te miran y sonríen en silencio, un puñado de infantes que parecen versiones diabólicas de Tito y Piraña, con sus pantalones cortos ceñidos de época, sus sombras reflejadas en las paredes de las casas de cal donde el sol acelera cada decisión que se toma debido a la angustia y la incredulidad ante las reacciones de los pequeños. Chicho creó un mundo aterrador a plena luz del día, sin posesiones, sin visiones, sin zombies, sin Draculas ni sucedáneos, sin casi ninguno de los estereotipos más usados para provocar terror, y eso amigos, es algo que a día de hoy es casi imposible encontrar.

A destacar y mucho la banda sonora del compositor habitual de Chicho, Waldo de los Rios, un argentino afincado en España que impulsa todos los momentos de clímax propuestos por el director español a lo largo de las casi dos horas de duración. El tema principal basado en una canción de cuna y sus variaciones durante la película forman un conjunto de sinfonías perfecto. Un estupendo thriller de terror al que perdonándole algunos fallos de guión y al que limando un poco las decisiones de sus personajes conforme se acerca el final se le podría considerar el mejor thriller psicológico que ha parido este país en toda su historia.

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RETROSPECTIVA David Fincher: 'The Curious Case of Benjamin Button'

Crítica de @PauGarcia179
David Fincher dirigía en 2008 ‘The Curious Case of Benjamin Button’, historia basada en un relato de Francis Scott Fitzgerald con guión de Eric Roth (autor de los libretos de ‘Forrest Gump’, y ‘Munich’, entre otros). Tras rodar ‘Zodiac’, una de sus mejores películas, Fincher se atrevía con un proyecto difícil que, según el que esto escribe, acabaría llevando a buen puerto, aunque no esté al nivel de ‘Seven’, ‘Fight Club’ o la reciente ‘GoneGirl’La película cuenta con una premisa curiosa, intrigante y atractiva: Benjamin Button es un hombre extraordinario que nació siendo anciano y que con los años rejuvenece en vez de envejecer como el resto de mortales. A partir de esta premisa y como excusa argumental, la película describe la vida de Button, sus particularidades debido a su extraña condición pero también como un ser humano cualquiera. En ese sentido, David Fincher consigue dotar a su historia de una gran verosimilitud a pesar del elemento fantástico que da pie a la película.

Aunque pocas veces se ha visto un protagonismo tan absoluto del personaje principal, lo cierto es que el filme consigue capturar la vida de muchos personajes del film que no llegan ni a secundarios, pero que Fincher sabe imprimirles magia y verdad en sus pocos momentos estelares. De la misma forma, es realmente sobrecogedor el inicio del relojero que homenajea con un gran reloj en marcha atrás a los jóvenes muertos en la guerra ("para volver al pasado y que regresen a sus vidas"), o una de las secuencias que conecta las casualidades de distintas vidas cruzadas y que nos viene a remarcar la aleatoriedad que gobierna nuestras vidas. A estas alturas parece redundante señalar la excelencia técnica de David Fincher y su impecable realización, pero nunca está de más alabar el que es sin duda uno de los grandes contadores de historias del cine actual. El metraje puede resultar alargado (dura nada menos que 2h y 47 minutos), y el ritmo no es el mismo que, por ejemplo, ‘Gone Girl’, pero si el espectador conecta con la historia, quedará hipnotizado ante este despliegue de detalles y vida en fotogramas.


Al contrario que ‘Panic Room’, que indignaba por su superficialidad, aquí David Fincher se pone trascendental y entrega una película de gran profundidad que reflexiona sobre el paso del tiempo sirviéndose como excusa de la condición de Benjamin Button, y aunque el filme expresa la certeza que aunque el reloj vaya adelante o hacia atrás (en el caso de Benjamin Button), los años pasan y no vuelven, quedan muestras de optimismo que llenan de esperanza los corazones de los espectadores. No es casualidad que el filme acabe con una imagen del gran reloj del principio de la película, que en realidad sirve de resumen de la tesis que acompaña el filme. 

A todo esto no podemos olvidar mencionar la fantástica labor de la dirección artística y de maquillaje, pues al contrario que en otras películas (estoy pensando en ‘Jersey Boys'), se refleja la vejez de forma auténtica en los actores que no tienen la edad de los personajes que interpretan, especialmente cuando el paso del tiempo se tiene que reflejar en su aspecto físico. La banda sonora, a cargo de Alexandre Desplat, también se erige como uno de los aciertos de la película, pues acompaña la narración de forma asombrosa y refuerza, cuando debe, los momentos más emotivos.

Con ésta su séptima película, David Fincher ofrece un relato emotivo, reflexivo y cargado de vida, profundidad y sentimiento que se aleja de la historia criminal -su aparente especialidad- demostrando al mundo que sabe contar otro tipo de historias,.

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